PON UNA CASA DE MADERA EN TU VIDA
Hay innumerables motivos para querer vivir en una casa de madera y cada día es más posible hacerlo realidad en nuestro país. Si ya has decidido construirte una, ¿qué debes saber? El proceso para este tipo de viviendas es el mismo que para una casa de otro material. Es decir, está sujeto a los mismos procesos administrativos, responde a las mismas exigencias de prestaciones y deben participar los mismos técnicos que regula la legislación: arquitectos y aparejadores.
¿Cuál es la clave?
Aunque el recorrido parece el mismo, existen ciertas diferencias que hacen de la construcción en madera una cuestión especial. Como punto de partida existe un usuario sensibilizado con los beneficios de la madera, o al menos con alguno de ellos. Por otro lado tenemos a la madera como material de construcción básico, con sus características técnicas particulares, un valor agregado de tecnificación y una puesta en obra innovadora. Finalmente, aparecen las personas que hacen posible este proceso. En fase de proyecto participan los arquitectos, ingenieros y técnicos comerciales que dan su apoyo en la prescripción de soluciones constructivas. En la fase de obra se suman los aparejadores, constructores, montadores, carpinteros y diversos industriales que estamos acostumbrados a ver en todo tipo de obras: albañiles, instaladores, herreros y un largo etcétera de trabajadores que disfrutan de su trabajo con pasión y dedicación.
Esto nos lleva a una reflexión. A pesar de que cuando hablamos de construcción pensamos en solares, en planos, en presupuestos y en plazos, lo que no debemos olvidar es que construir una casa es un trabajo orquestado entre decenas de personas cuyo objetivo final es la transformación de un sueño en un objeto real, único e irrepetible. Es por esto que la clave para hacer realidad tu casa de madera es rodearse de las personas idóneas que sepan adaptar su campo de especialidad a las particularidades del material y de su industria. Si tus arquitectos de confianza no son especialistas en la construcción con madera, no hace falta que renuncies a trabajar con ellos. Con la incorporación de un consultor especializado podrán afrontar el trabajo con seguridad y será una excelente oportunidad para extender el uso generalizado de la madera y sus ventajas.
¿Por dónde empiezo?
Es comprensible que cualquier persona se sienta perdida durante un proceso de construcción. Son muchos los factores que condicionan un proyecto y su interrelación genera tal variabilidad de opciones que es difícil no caer en un mar de dudas. Lo primero será que el usuario despeje las incógnitas que dependan de sí mismo y sirvan como base para ponerse en marcha. Un consejo sería contestar unas simples preguntas sin prejuicios, sin adelantarse a condicionantes económicos, dejando que salgan a la luz las necesidades individuales y evitando concretar sus soluciones que, muchas veces, se nutren de un imaginario moldeado por la especulación urbanística.
Aquí vamos… ¿Tengo el solar para construir? ¿Cuánto dinero tengo y quiero gastar? ¿Necesito financiarme? ¿Puedo endeudarme? ¿Qué razones me obligan a tener prisa? ¿Cuántas personas deben vivir en la casa? ¿Cómo podrían cambiar mis circunstancias futuras? ¿Tenemos en casa alguna afición que requiera espacios extra de uso o de guardado? ¿Marcharán o llegarán a casa algunos integrantes? ¿Qué valor de importancia le doy a la estética, a la salud, al ahorro, a la flexibilidad, al mantenimiento, al orden, a la practicidad, a la tecnología? ¿Cuáles son los espacios de mayor uso en casa? ¿Cuánto quiero implicarme durante la obra? ¿Conozco a alguien del mundo del diseño o construcción que quiero que me acompañe en este proceso? ¿Conozco referentes de casas o espacios donde me gustaría vivir? ¿Cuáles son las razones por las que me seducen esos espacios? ¿Cómo me describiría? Lo que interesa de las respuestas a estas preguntas es la profundidad, la reflexión. Cuando parece que afloran más dudas, es en realidad cuando estamos desmontando ideas preconcebidas que nos pueden encasillar.
¿Cuánto me costará?
Aquí hemos llegado a la pregunta del millón… Es muy difícil responderla a priori pero, al menos, podemos intentar listar cuáles son los costos a tener en cuenta. Existen gastos profesionales del geólogo, topógrafo, arquitecto, aparejador, notario y registrador de la propiedad. Existen gastos administrativos de impuestos y tasas municipales, visado del proyecto, cédulas y licencias finales. También se deben contar las altas de servicios. Si interviene una entidad financiera debemos sumar también una serie de gastos de gestión. Finalmente, lo más importante: el costo de la construcción que dependerá de los condicionantes de la parcela y de las exigencias del proyecto. Tampoco nos podemos olvidar del IVA que suma muchísimos miles de euros: el 21% para los profesionales y, bajo ciertos requisitos tributarios, el 10% para la autoconstrucción. A modo de ejemplo: si una casa de 170 m2 supusiera un gasto total de 300.000€, habría que dedicar el 75% para su construcción, el 10% de honorarios diversos, otro 10% para el IVA y un 5% de gastos administrativos.
¿Cómo tiene que ser mi casa?
Aquí es donde los arquitectos deberán convertir el sueño de partida en un proyecto real. Utilizarán la reflexión inicial para intentar hacer cuadrar el dinero disponible con los m2 deseados, las exigencias urbanísticas con las posibilidades del terreno, los plazos de construcción con los sistemas estructurales en madera y los acabados interiores con las instalaciones. Otra vez, es un trabajo de múltiples variables pero ya en manos del profesional bien asesorado, no será un dolor de cabeza para el cliente.
Mi experiencia personal con la madera y mis convicciones estéticas y medioambientales me han llevado a preferir ciertas tipologías constructivas pero no por ello puedo descartar ninguna opción en cada nuevo proyecto. Tanto si se trata de madera laminada, contralaminada (CLT) o entramado ligero, la construcción con madera debería buscar unas formas de construcción y una expresión propia que huya de los estándares presentes en la construcción general. Aprovechemos las ventajas térmicas y de estanquidad al aire para hacer casas de consumo casi nulo. Pongamos en valor la belleza de la madera para dejar su estructura vista y así eliminar barreras que nos impiden ser testigos de su salud. Reduzcamos el trabajo en obra y propiciemos la prefabricación en pos de mayor calidad. Proyectemos espacios con dobles alturas y libres de pasillos estrechos. Planifiquemos las obras para construirlas en menor tiempo y con menor pérdida de recursos. Pongamos al alcance de la gente el placer de vivir en una casa de madera.
Fotografía de portada: Montaje de estructura de CLT para una vivienda en Vilanova i la Geltrú. Arquitectura de Amomicasa y PaM arquitectes. Fotografía de Federico Pesl.
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Editores del post: Maderayconstruccion
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