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REFERENTES OSADOS, REFERENTES SENSATOS.

Resulta sencillo encontrar en redes y medios de comunicación noticias sensacionalistas, con el mantra repetido «El edificio de madera más alto»; el edificio de madera más alto de Europa, el más alto de América, del mundo, el edificio de madera más extenso.

La madera es un material milenario, pero en el actual contexto de exigencias de todo tipo, posibilidades técnicas, nuevas combinaciones de materiales, contingencias del mercado, al enfrentarnos a proyectos y obras con madera, se plantean situaciones, retos más o menos complejos, que en muchas ocasiones se convierten, al menos de cara a la galería, en una carrera por la solución más singular y enrevesada, pero ¿realmente queremos seguir esta competición consistente en quién hace un edificio más alto, más largo, que mola más? Planteo dos situaciones en las que el uso de la madera en las estructuras se muestra a partir de sus atributos de alto y complejo para cuestionar los límites de esta carrera.

La carrera por la altura

En la carrera por la altura que puebla las redes, hasta se le ha puesto un nombre a los edificios altos de madera: “plyscraper”.

Después del hito del Brock Commons en Vancouver de 2017, de 53 metros, que por cierto no superaba los 67 metros de la Pagoda Sakyamuni del templo de Fogong en Shanxi, China, construida en 1056, estamos asistiendo a constantes ejemplos de edificios, los cuales son vanagloriados por ser el más alto en madera. Valgan de ejemplo entradas en este mismo blog de edificios en Suecia o Alemania.

Imagen 1. Brock Commons Tallwood House, Vancouver, Fuente: https://www.hkarchitekten.at/en/project/student-residence-at-brock-commons/
Imagen 2. Ejemplos de titulares tras el sensacionalismo del edificio más alto de turno. Fuente: varias

Desde el prisma de la física, cabe recordar que la altura máxima que puede tener una estructura hasta que rompe a compresión, depende de dos factores: su densidad y su resistencia a la compresión. La madera, al ser más ligera, supera al hormigón y al acero.

Imagen 3. Relación de máximas alturas posibles de una torre de hormigón, acero o madera hasta agotar su resistencia a la compresión por su peso propio. Fuente: Oriol Palou

Evidentemente, se trata de un dato completamente teórico, no solo porque no se tiene en cuenta cargas laterales, flexiones, efectos de segundo orden u otro tipo de excentricidades, sino por qué no tiene sentido llevar un material al límite sin más razón que esa: por llevarlo al límite.

Por otro lado, tenemos las exigencias medioambientales que tienden a limitar el carbono embebido que pueden tener los edificios, y no es discutible que la madera supone una respuesta adecuada al ser un almacén de carbono.

Esto, junto a la densificación de las ciudades que la sociología y el urbanismo nos indican como camino factible para el desarrollo de las urbes que siguen creciendo a pesar de que la reducción del crecimiento parezca el camino más adecuado para reducir nuestro impacto sobre el medio ambiente. Tal como anunció hace ahora 10 años, el por muchos considerado gurú de la arquitectura en madera Michael Green [3]: «La carrera ha comenzado», nos lleva a mirar los edificios de madera en altura como una respuesta necesaria en muchos casos.

Así, al contrario de lo que en un principio pueda parecer, esta carrera por llevar la construcción con madera a lo más alto es mucho más que un simple juego de vanidades. Pero este no debería ser el único hito en el camino.

Para reflexionar sobre el tema he tenido la oportunidad de hablar con David Sebastián, que sintetizó su experiencia en la construcción de una torre en Bordeaux en el libro “Construcción de madera en altura” [4], una guía para neófitos elaborada con el cariño espontáneo de un técnico con gran dosis de sentido común, derivado de la combinación de reflexión y experiencia, experiencia en su participación en la torre Hypérion de Bordeaux.

Imagen 4.Portada del libro de David Sebastián [4]

Sigue ejerciendo su actividad desde Francia, país en el que la construcción con madera arroja un dato sorprendente: hasta aproximadamente 2015, no había suministradores de CLT en Francia, por lo que la primera obra de dicho país en CLT se realizó con productos procedentes de España, situación que hoy día ha cambiado.

Según Sebastián, los edificios de madera en altura son la mejor respuesta de la que disponemos hoy día ante el reto de la densificación de las ciudades en crecimiento, por su nulidad de emisiones, y los ejemplos de estos edificios ayudan a romper las barreras normativas que limitan la construcción en altura de madera.

Imagen 5. Edificios altos en madera. Fuente: David Sebastián/CTBUH [4]

En relación con las limitaciones normativas de edificios en altura en madera, responde que en Francia hasta 28 metros de altura no hay problema. A partir de 50 metros, hay que hacer sectorización en altura.

Desde España, más de uno mostramos admiración por la ley francesa que limita el carbono embebido que pueden tener los edificios. Según explica David Sebastián, se trata de la ley RE2020 limita el CO2 embebido en vivienda y oficina privada, un cálculo dinámico que tiene en cuenta la explotación a lo largo del tiempo del edificio, y que, en definitiva, favorece el uso de la madera. Por otro lado, el desarrollo de un mayor número de este tipo de proyectos depende en gran parte del color del gobierno municipal.

Imagen 6. Ventajas de edificabilidad en construcciones en madera en Francia. Fuente: David Sebastián [4]

A la pregunta de si este contexto favorece el uso de madera en la construcción en Francia, responde que sí, pero hay que romper otra limitación que es el hecho de que en allí se usan sistemas de muros de hormigón armado, con los cuales los constructores se sienten muy cómodos y, por tanto, son más económicos que muchas alternativas.

Pero además, en Francia el sistema de validación de proyectos es distinto que en España, dado que pasa por el filtro de los seguros. Según comenta Sebastián hay un primer filtro que es el seguro (DTU), un bureau de control. Luego, en fase de ejecución, hay un segundo filtro que son los ensayos.

Uno de los aspectos determinantes en los que más inciden estas aseguradoras en estos edificios es el fuego: nada de madera vista en edificios en altura, sino toda convenientemente encapsulada. Y es de especial importancia fijarse en los posibles puntos calientes, puntos de la estructura en los que se puede generar un foco de incendio que pueda pasar desapercibido a los bomberos, permaneciendo activo mucho tiempo después de que se haya dado por extinguido el incendio, y reactivándolo de forma muy peligrosa. En este sentido, las limitaciones del uso de madera en edificios en altura en Francia son de entre 28 y 50 metros de altura. A partir de ahí, hay que hacer sectorización en altura.

Finalmente, cabe mencionar el interés en desarrollar tipologías que hibriden madera con otros materiales en edificios en altura, para conseguir que cada material participe de la forma más racional y eficiente posible.

Más allá de estos aspectos técnicos, existe el tratamiento sensacionalista que los medios a menudo hacen de este tipo de obras, y el hecho de que persiste una barrera cultural por parte del comprador último de las viviendas, el usuario que todavía no ve la madera como una opción perfectamente viable.

Así, los ejemplos de éxito son referencias que allanan el camino de los que vienen después, en un campo como la construcción en el que los prototipos suelen ser las propias obras, y, por tanto, las referencias válidas son los ejemplos construidos, con sus bondades o limitaciones.

Vídeo 1. Estudio test sísmico edificio de madera (UC San Diego, mayo 2023

La madera hecha libros

Imagen 7. Aspecto durante las obras de la biblioteca Gabriel García Márquez, Suma Arquitectura, diseño estructural de Miguel Nevado. Fuente: Oriol Palou

En un paseo familiar delante de las obras de la biblioteca Gabriel García Márquez de SUMA arquitectura, edificio multilaureado, que se supone una serie de libros apilados, y me asaltaron dilemas encontrados.

Más allá de la calidad arquitectónica de los espacios en los que leer un buen libro junto a enormes ventanales, abrigado por la calidez de tanta madera, de sus múltiples lecturas espaciales, sus detalles, como barcelonés me siento afortunado y aturdido al mismo tiempo. Afortunado por tener tan cerca edificios ejemplares, singulares, como este y otros, que se están erigiendo en madera aquí y en otros lugares cercanos.

Aturdido por la grandilocuencia que se puede entrever, tanto arquitectónica como técnica, sufragada con recursos públicos en gestos valientes por parte de las administraciones que se atreven a estas apuestas, quedando expuestas a la segura crítica, y bienvenida como manifestación de distintos puntos de vista.

Como técnico reconozco que proyectos como este se avanzan tanto al nivel del mercado como a la normativa. Son faros que indican el rumbo proceder a marineros desorientados, hitos en el camino todavía tortuoso del encauzar futuros de la construcción más sostenible.

Personalmente lo agradezco, por saltarse límites, escribir varias frases en el libro todavía pendiente de las obras contemporáneas en madera, con paneles contra laminados, voladizos, apeos, grandes luces y toda una amalgama de alardes entre ejemplares y en algunos casos, hasta se podría pensar que sobreros.

En este caso, la complejidad estructural deriva claramente de decisiones arquitectónicas, del diseño ecosistémico, y la concepción de la estructura desde un punto de vista relacional. Sin entrar en valorar estos asepctos, que la calidad del resultado parece justificar, propongo una mirada de este tipo de proyectos menos cortoplacista que la que nos lleva a la difusión de imágenes y titulares a la que nos someten las redes y la cultura de la apariencia.

Grandes y grandilocuentes

Recopilaba Vittorio Salvadori para actualizar su tesis [2] los cinco proyectos de mayor envergadura (en cuanto a superficies construidas) en madera jamás construidos, todos ellos con estructuras híbridas de madera combinada con hormigón y acero:

1)Arboretum (France-2023): 125,000m2
2)Siemens Campus Erlangen (Germany-2022): 75,000m2

3)Origine (France-2020): 70,000m2
4)Arbora (Canada-2017): 55,515m2
5)Suetil (Switzerland-2018): 53,000m2

Estos proyectos pueden ser sospechosos de grandilocuencia, y seguro van a requerir avanzar en el conocimiento de soluciones técnicas de la madera que en muchos casos resulten novedosas. Son, por tanto, campos de experimentación y desarrollo de conocimiento.

En 1903, en Ohio, los hermanos Wright demostraron con un avión de madera que un ser humano podía volar (durante 59 segundos en su primer vuelo), y a partir de ese momento despegó el reto de volar más alto, más lejos, más rápido, emprendiéndose aventuras temerarias, osadas, acaso innecesarias como objetivo concreto, pero muy necesarias como demostración a la humanidad en su conjunto de que se podían sobrepasar ciertos límites. Podemos interpretar algo parecido en relación con materiales no estandarizados, como ocurre con la madera tecnológica en ciertos registros: fijamos nuestra atención e interés en los vuelos más espectaculares.

Tuve la oportunidad de hablar con Miguel Nevado, el consultor de estructuras que diseñó la de la Biblioteca GGM, sobre su complejidad y singularidad. Miguel cita a Goya cuando señalaba la superstición del pueblo con aquello de que “el sueño de la razón produce monstruos”, y tiene claro que esto de andar dando machadas no es el principal camino.

Imagen 8. El sueño de la razón produce monstruos, aguafuerte. Fuente: Francisco Goya, 1797 – 1799

El camino que debemos seguir con la madera, defiende Nevado, es conseguir hacer construcciones sencillas y baratas. La Administración en la promoción de las estructuras de madera, así como el sector privado, aportan conocimientos, y este es un ejemplo extremo, pero válido, dado que si no llevamos los materiales al límite, lo sencillo no lo sabremos hacer.

Imagen 9. Interior. Fuente: Oriol Palou

Hablando de la complejidad que implica un encargo como este, comenta que se pueden llevar al extremo en el despacho las soluciones, aunque no siempre es posible ejecutarlas como se plantea (por el funcionamiento real de los herrajes, la precisión de la ejecución, las mermas…). Por tanto, a pesar de que la tecnología ya la tenemos, afirma Miguel de manera rotunda, en un proyecto como este puedes hacer una tesis doctoral en cada esquina. Lo cual es bueno para el avance del conocimiento, aunque también un agujero sin fondo para los proyectistas.

Otro factor diferencial que en obras de esta complejidad entra en juego de manera crítica es la cadena de contratos, que en madera es distinto de las obras a las que estamos acostumbrados en nuestro mercado. No es posible cerrar el despiece en fase de proyecto, dado que a cada agente tiene intereses distintos, y en fase de proyecto no se puede condicionar quien es cada uno de estos actores.

Para afrontar esto manteniendo la calidad (si es posible sin trabajar de más), dado que se contrata por partes, hay que tener presente que una de esas partes es la ingeniería de soporte de los industriales o contratistas, que debe valorarse en su justa medida. Por esto es importante tener de tu mano no solo al promotor, sino también al contratista, al montador de la estructura de madera, y al responsable de los despieces y mecanizados para fabricación.

Una obra de este calibre es un campo de experimentación de temas en los que todavía hoy tenemos suficientemente poca experiencia como para ser extremadamente prudente con CLT, como son los adhesivos o el funcionamiento real de los herrajes. Además, nos queda mucho camino a andar para establecer criterios, protocolos, cultura de control de calidad, certificados, marcado CE, en estructuras de CLT. Miguel opta por definir el programa de calidad y ser muy estricto en su ejecución. Los Directores de Ejecución no están en general preparados, es cierto que todavía cuesta encontrar aparejadores con suficiente experiencia en construcción con madera.

Imagen 10.Explorando límites del contralaminado. Fuente: Oriol Palou

Igual que Alex De Rijke, a quien se atribuye la cita «El siglo XIX fue el siglo del hierro, el siglo XX el del hormigón, y el siglo XXI será el de la madera técnica», sostiene Miguel que la madera es el hormigón del siglo corriente, y nada impide que con ella construyamos el 80% de lo que se edifique en el futuro, pero ¿hay madera para todo lo que se pretende construir? Sí, y valga como dato ejemplar el hecho que Castilla tiene mayor superficie forestal per cápita que Finlandia, pero son necesarios fuertes cambios en la primera transformación del material.

En cualquier caso, el resultado de la biblioteca Gabriel García Márquez es meritorio no solo por sus premios, aceptación popular, por ser un ejemplo para lingoescépticos. Estudiada en profundidad, es un interesantísimo curso de estructuras de madera.

Una metáfora es una operación de comunicativa consistente en trasladar el sentido de un mensaje a otro figurado, mediante una comparación implícita, y que no se entiende formalmente, sino que se supone e infiere. También comentó Miguel Nevado que los arquitectos plantearon el proyecto como la metáfora de un libro. Sea, pues, la metáfora de una hazaña que se parece más a un sueño, el sueño de un coronel que no tiene quien le escribe, pero que se puede zambullir en el libro de las estructuras de madera que vamos a pensar y vivir en las próximas décadas.

Imagen 11. Espacio central de la biblioteca en uso. Fuente: Oriol Palou

Conclusiones

Queda claro que para normalizar su uso, es positivo plantear retos con estructuras de madera, retos que nos empujen a ampliar el conocimiento. También que es bueno difundirlos para compartirlos, pero igual de claro parece que no es necesario y hasta puede resultar contraproducente convertirlo en una carrera por la altura y por el edificio más singular, en una simple competición de vanidades.

A pesar de ser la madera un material que la humanidad ha utilizado desde los orígenes de la construcción, dado el contexto actual de la economía y la técnica, se abre frente nosotros un horizonte en el que es necesario conocer los nuevos sistemas, nuevas exigencias medioambientales, en un contexto complejo de la industria, el mercado y la sociedad.

Los grandes avances se consiguen con apuestas valientes y sin duda la madera tiene un papel destacado en este entorno, pero sin pasar de la osadía por afrontar desafíos interesantes para aprender y mejorar, a un alarde técnico con su propia vanagloria como único fin.

Partiendo del hecho de que la madera es una solución adecuada ante la situación medioambiental, y para poder construir ese 80% de ciudades densificadas, en un futuro de normalización de la madera técnica, de gestión forestal sabiamente coordinada, un futuro descarbonizado, centremos nuestra energía en mejorar soluciones concretas (mejora de la durabilidad, la eficiencia, la gestión de recursos, adhesivos, uniones, vibraciones, protección al fuego…), pensando siempre en la posibilidad de marcos híbridos en los que la madera se alíe con otros materiales para conseguir los resultados idóneos en cada caso, sin caer en el greenwashing. Usemos la madera donde sea procedente, sabiamente, sin mostrarla porque sí (especialmente en el exterior, comprometiendo su durabilidad), priorizando la reducción de recursos por verdes que sean.

Pongamos el foco de nuestra atención a todas las acciones que tiendan a reducir el uso de recursos y mejorar las tecnologías de la madera. Normalicemos la madera para dar otro punto de vista a los descreídos, para convertir estos proyectos en referentes osados, pero sensatos.

Referencias

[1] Konstantinos Voulpiotis, Robustness of Tall Timber Buildings, https://doi.org/10.3929/ethz-b-000526211, Zurich, 2021.

[2] Vittorio Salvadori, «Multi-Storey Timber-Based Buildings: An International Survey of Case-Studies with

Five or More Storeys Over the Last Twenty Years», Viena, 2021.

[3] Michael Green, «The case for tall wood buildings», 2nd edition, Vancouver, 2017.

[4] David Sebastián Martín, «Construir en altura con madera», Conarquitectura ediciones SL:, Madrid, abril 2022.

[5] Miguel Nevado, » Diseño estructural en madera», Aitim, Madrid, 1999.

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