A CASA DO TABERNEIRO, UNA RECONSTRUCCIÓN EN MADERA (DE EUCALIPTO)
La edificación es una construcción tradicional con una tipología de origen medieval propia de los rueiros de Santiago de Compostela caracterizada por la presencia de sus dos muros piñones dispuestos como fachadas. Es testimonio del origen del Barrio que nació como asentamiento extramuros ocupado por algunas granjas, hospedajes y tabernas que acogían a ciudadanos y visitantes que llegaban a Santiago por el Camino Francés, ruta principal de peregrinaje histórica y actualmente.
La estructura como estrategia
Para resolver el programa con un único uso de centro socio-cultural privado con una taberna en la planta baja se aprovecha la disposición de los diferentes de niveles interiores de piso (derivados de la diferencia entre la rasante de las dos calles desde las que se accede al inmueble) que quedan definidos por la posición de los diferentes elementos de cantería que forman parte de la construcción muraria: lareiras, fregaderos y soleras de huecos de ventanas y puertas.
Ante el mal estado de toda la estructura interior, la rehabilitación se plantea como una reconstrucción en madera que contribuya a una relectura del edificio consecuente con la riqueza espacial que supone este desplazamiento de las alturas de piso y con la singularidad de los diferentes elementos patrimoniales. La adaptación de las cotas de la propuesta para permitir la recuperación, visibilización y la puesta en uso de dichos elementos facilita la comprensión de su función y necesidad y obliga a plantear un sistema estructural que, partiendo del tradicional planteamiento en dos órdenes formado por vigas y pontones, se completa con una cercha situada en el plano donde los niveles de piso de desplazan. En este punto la posición, desarrollo y geometría de la nueva escalera y los huecos practicados en los diferentes forjados permiten aprovechar la luz cenital para iluminar de forma natural las distintas plantas del edificio.
¿Madera Local?
Se planteó un espacio caracterizado por la conservación de las singularidades patrimoniales de la edificación y por la presentación “en crudo” de los elementos constructivos y estructurales, resueltos en madera.
Aunque se recuperaron puntualmente elementos existentes, como el entablado de amplias dimensiones de castaño reutilizado para el techo del nuevo vestíbulo, para la sustitución de toda la estructura se utiliza una única especie, Eucalyptus globulus.
El eucalipto es un recurso local procedente de un árbol de crecimiento rápido que proporciona una madera de altas prestaciones mecánicas, de durabilidad y de protección frente al fuego. Sus problemas de estabilidad dimensional se solucionan mediante los procesos de secado (primero al natural y después en horno a baja temperatura), mediante el corte radial que asegura una tensión superficial similar en ambas caras y conformando escuadrías estructurales de madera laminada. No es una especie invasora pero sí es alóctona en Galicia y su implantación en este este territorio es relativamente reciente. La industria de la pasta de papel ha promovido desde hace más de medio siglo su plantación indiscriminada con una silvicultura inexistente por innecesaria para la obtención de un producto de escaso valor añadido. Esto ha degenerado en un desplazamiento de los bosques autóctonos y el abandono del monte, con unas consecuencias negativas en términos ecológicos e identitarios. Su uso para la construcción, que precisa de una silvicultura cuidada con herramientas de gestión eficaces, proporciona un producto con mayor valor añadido compatible con plantaciones controladas que no generan un impacto negativo en el medio.
El taller en obra
El elemento principal de todo el nuevo sistema estructural es la cercha que se dispone en sección ocupando verticalmente varios niveles de piso. Ésta se resuelve en tres ejes. Los exteriores definen un arco que apoya sobre los muros de mampostería y que se completa con un tirante-viga sobre la que descargan parte de los forjados. El interior se ajusta a los límites de la envolvente estabilizando el conjunto y resolviendo el apoyo de la cubierta. Las uniones, ejecutadas con pernos, se resolvieron madera-madera o con chapas intermedias.
Otra parte de los forjados cuelga de unos tirantes verticales fijados mediante pasadores. La escalera se resuelve mediante escalones de sección variable que apoyan sobre estos tirantes y sobre un tablero contrachapado que asciende con geometría helicoidal y resuelve el antepecho. También se usan tableros contrachapados para colgar el cuarto de instalaciones del forjado de planta primera.
El resto de las cerchas de cubierta, más sencillas, reproducen la tipología prexistente formada por pares y tirantes que sirven de vigas para el forjado de piso. Estos elementos quedan conectados mediante enanos y los nudos laterales se triangulan garantizando su estabilidad.
La complejidad de las uniones y la irregularidad de los muros hacía muy difícil el montaje de la cercha principal en su posición final y sus dimensiones complicaban su transporte desde el taller una vez montada, así que se construyó en el interior, comprobando las medidas un situ y, tal como permite la madera, conciliando los desajustes con sencillas operaciones carpinteras.
Esta decisión permitió trabajar bajo la cubierta existente apuntalada y resolver de una forma eficaz el momento crítico de la obra, que en un clima tan lluvioso como el de Santiago es siempre la retirada de la cubierta existente y la consiguiente desprotección de los muros medianeros y de fachada. Se desmontó el tramo norte de la cubierta y desde la calle, con una grúa, la cercha se izó y giró colocándola en su posición final, completando en el mismo día el tramo abierto con la nueva solución. A continuación, se retiró el área sur de la cubierta, se colocaron los pares de las cerchas pequeñas y se ejecutó el tramo restante.
Toda la envolvente, exceptuando el nuevo revestimiento de la fábrica, se resuelve también esencialmente en madera, tanto los nuevos elementos de carpintería exterior de los huecos existentes en fachada, como el cerramiento de cubierta, que reproduce la volumetría existente. Entre las correas fijadas al primer orden de cerchas se dispone aislamiento de lana de roca y sobre ellas un tablero rígido de fibra de madera completa el aislamiento, resuelve la impermeabilización, permite la transpirabilidad al vapor de agua y sirve de base para el doble rastrelado que resuelve la cámara de aire ventilada y sobre el que van colocadas las piezas de cerámica curva del nuevo tejado.
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Editores del post: Maderayconstruccion
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