Shinmei-zukuri: La arquitectura sagrada japonesa que trasciende el tiempo
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“En occidente, el edificio es lo más importante, y el jardín construido a su alrededor es una parte decorativa que completa a la edificación. En Japón, en cambio, el edificio es una parte del paisaje, tan importante como los árboles o las colinas o los lagos. Y cuando se está dentro de él, el contacto con la naturaleza circundante es permanente: para esto, las paredes son corredizas y solo quedan unos postes o pequeñas columnas que sostienen la estructura. Desde dentro, se mantiene el contacto con la naturaleza circundante, y se aprecia hasta cada sonido, cada detalle cromático, cada brizna de viento en los árboles”. Fernando García Gutiérrez1
La arquitectura tradicional es un reflejo, una expresión de la cultura y el entorno de la gente que la habita. Es una arquitectura que evoluciona con el tiempo, adaptándose a las necesidades y creencias de las personas. La arquitectura tradicional japonesa es un ejemplo de este proceso de evolución. Los edificios tradicionales japoneses se caracterizan por su simplicidad, su armonía con la naturaleza y su uso de materiales naturales.
Si observamos y analizamos detenidamente la arquitectura tradicional japonesa posee unas características marcadas por su simplicidad, su armonía con la naturaleza y su uso de materiales naturales. Son construcciones precisas, pero entiendo este adjetivo desde el punto de lo necesario, no hay nada superfluo, pero también inmediatas pues emplean materiales y elementos que tienen a su alcance, próximos.
Esta concepción de la arquitectura conlleva que palabras como temporal, desmontable y flexible emerjan para definirla, pero también otros como simplicidad, armonía, etc.
Esta riqueza arquitectónica es reflejo también de la cultura nipona que tiene una devoción por el detalle asociado a que cada elemento tiene una reflexión mayor y más amplia de fondo; conceptos que abarcan la trascendencia de la naturaleza, el paso del tiempo y la sombra,2 entre otros.
La cultura japonesa está profundamente e íntimamente arraigada en la naturaleza, una búsqueda incesante de tenerla presente, que manifiestan en sus construcciones a través de la materialidad y entorno en el que se ubican, como así se refleja en el shinmei-zukuri, una estilo/técnica de construcción japonesa que ha evolucionado a lo largo de los siglos y que destaca por su enfoque en la armonía con la naturaleza y la simplicidad estética.
Shinmei-zukuri, belleza y simplicidad
El shinmei-zukuri es un estilo arquitectónico tradicional japonés que ha dejado una huella duradera en la historia de la arquitectura del país. Su origen se remonta al período Heian (794-1185), cuando comenzó a desarrollarse como estilo predominante en los santuarios shintoístas, lugares sagrados dedicados a la veneración de los dioses que juegan un papel importante en la vida religiosa y cultural de Japón. Durante el período Heian, hubo una mayor centralización del poder político y religioso en la corte imperial, y se construyeron numerosos santuarios shintoístas en todo el país para honrar a los dioses y conectarse con lo divino. Fue en este contexto que el shinmei-zukuri comenzó a desarrollarse como un estilo arquitectónico distintivo.
Este estilo arquitectónico se caracteriza por su diseño simétrico y por su estética basada en la simplicidad y la pureza, reflejando los valores centrales del shintoísmo. Los edificios se construyen con estructuras de madera, utilizando principalmente el sistema de postes y vigas que se refuerzan con ensambles precisos y técnicas de unión tradicionales.
Sistemas y métodos constructivos empleados en el shinmei-zukuri
Los arquitectos y artesanos que construyen estos edificios sagrados siguen principios constructivos sólidos y emplean técnicas tradicionales transmitidas de generación en generación.
El sistema de postes y vigas es fundamental en la construcción del shinmei-zukuri. Los pilares de madera se seleccionan cuidadosamente y se colocan en el suelo en ubicaciones estratégicas para mantener la estabilidad y equilibrio del edificio. Las vigas transversales se utilizan para unir los pilares y formar la base del edificio. Estas vigas también desempeñan un papel estructural importante al distribuir las cargas y garantizar la resistencia y estabilidad del edificio.
Además de los postes y vigas, se emplean otros elementos arquitectónicos en el shinmei-zukuri para crear una estructura coherente y estéticamente agradable. Por ejemplo, los aleros de los techos se extienden hacia afuera para proteger las paredes de la lluvia y proporcionar sombra. Los techos a dos aguas son comunes en el shinmei-zukuri y contribuyen a la armonía visual del edificio. Los muros exteriores están hechos de paneles de madera o de papel translúcido conocido como shoji, que permite la entrada de luz natural y crea una atmósfera serena en el interior.
Los métodos de unión utilizados en el shinmei-zukuri son igualmente importantes. El uso de clavijas de madera llamadas shiguchi permite una unión fuerte y duradera sin el uso de elementos metálicos. Estas clavijas de madera se insertan en orificios previamente taladrados en los pilares y las vigas, y se ajustan con precisión para garantizar una conexión segura. Esta técnica de unión, junto con otros métodos tradicionales de carpintería, ha demostrado ser eficaz para resistir los terremotos frecuentes en Japón.
Especies de madera utilizadas en el shinmei-zukuri
La elección de las especies de madera utilizadas es fundamental en el shinmei-zukuri. El ciprés japonés (hinoki) y el cedro japonés (sugi) son las maderas más comúnmente empleadas debido a su disponibilidad local, durabilidad y resistencia al clima. Estas especies de madera son valoradas por su grano fino, su belleza natural y su capacidad para resistir el deterioro debido a su contenido de aceites esenciales.
El hinoki, en particular, ha sido considerado como una madera sagrada en Japón y ha sido ampliamente utilizada en la construcción de santuarios shintoístas. Su aroma distintivo y su apariencia suave y clara le confieren una cualidad especial que se asocia con la pureza y la espiritualidad.
La elección de la madera adecuada es crucial para garantizar la durabilidad y longevidad de los edificios del shinmei-zukuri. Los constructores se aseguran de seleccionar troncos de madera de alta calidad, con características específicas como una buena rectitud, baja presencia de nudos y una adecuada humedad. Además, se aplican tratamientos de preservación tradicionales, como el uso de aceites naturales, para proteger la madera de los efectos del clima y la degradación biológica.
Innovaciones y desarrollo del shinmei-zukuri
A lo largo de los siglos, el shinmei-zukuri ha experimentado algunas innovaciones y adaptaciones que han enriquecido su expresión arquitectónica. Durante el período Edo (1603-1868), se desarrollaron técnicas más refinadas para la construcción de santuarios shintoístas, lo que resultó en detalles decorativos más elaborados y un mayor uso de la madera en la ornamentación. Estas mejoras contribuyeron a la evolución del estilo y consolidaron su estética distintiva.
Un ejemplo notable de innovación en el shinmei-zukuri es la incorporación de elementos de influencia china y budista. Durante el período Heian, Japón mantuvo intercambios culturales con China y adoptó ciertos elementos arquitectónicos, como los aleros curvos, las tejas esmaltadas y los detalles decorativos en los techos. Además, durante el período Kamakura (1185-1333), con la influencia del budismo, se introdujeron elementos como las puertas torii y los jardines zen, que se fusionaron armoniosamente con la estética del shinmei-zukuri.
Ejemplos paradigmáticos del shinmei-zukuri
El shinmei-zukuri ha dejado ejemplos paradigmáticos en la arquitectura japonesa, donde su belleza y significado cultural se encuentran en pleno esplendor. Dos ejemplos destacados son el Santuario de Ise y el Santuario de Izumo.
El Santuario de Ise, ubicado en la prefectura de Mie, es uno de los santuarios más importantes de Japón y representa la esencia del shinmei-zukuri. Dedicado a la diosa Amaterasu, considerada la ancestro de la familia imperial japonesa, el Santuario de Ise ha sido reconstruido cada 20 años durante más de 1,300 años. Esta práctica de reconstrucción periódica, llamada shikinen sengu,3 se lleva a cabo utilizando técnicas y materiales tradicionales, preservando así la autenticidad del estilo y transmitiendo el conocimiento ancestral a las generaciones futuras. El Santuario de Ise es un ejemplo vivo del compromiso continuo de Japón con sus tradiciones y su patrimonio cultural.
El Santuario de Izumo, ubicado en la prefectura de Shimane, es otro ejemplo destacado del shinmei-zukuri. Este santuario, dedicado al dios Okuninushi, es conocido por su diseño arquitectónico distintivo y su conexión con la mitología japonesa. El Santuario de Izumo presenta una estructura de techo única yuxtapuesta con las paredes, creando una apariencia imponente y majestuosa. Se dice que el Santuario de Izumo es el lugar donde los dioses se reúnen anualmente para celebrar una gran reunión, y su arquitectura transmite la grandiosidad y la trascendencia de ese evento divino.
Estas son solo algunas de las obras más representativas que proporcionan una visión más detallada sobre el shinmei-zukuri, su historia, técnicas constructivas y su significado cultural en Japón.
En conclusión, el shinmei-zukuri es un estilo arquitectónico sagrado que ha perdurado a lo largo del tiempo en Japón. Sus sistemas constructivos sólidos, el uso de especies de madera específicas, las innovaciones y adaptaciones a lo largo de los siglos, y los ejemplos paradigmáticos como el Santuario de Ise y el Santuario de Izumo, son testamentos de su importancia y valor cultural. El shinmei-zukuri trasciende el mero aspecto físico de la arquitectura, transmitiendo la espiritualidad y la conexión con lo divino que se encuentra en los santuarios shintoístas. A través de su simplicidad, armonía y belleza, el shinmei-zukuri sigue siendo una expresión perdurable del legado arquitectónico japonés.
Notas
- 1 Véase: Fernando García Gutiérrez. La arquitectura japonesa vista desde occidente; Japón y Occidente II (Sevilla: Guadalquivir, 2001).
- 2 Junichirō Tanizaki reflexiona sobre la cultura japonesa y su relación con la luz y la oscuridad y argumenta que la cultura japonesa valora la sombra más que la luz, y que esto se refleja en la arquitectura, el arte y la literatura japonesa. Por ello explora cómo la sombra puede ser utilizada para crear un sentido de misterio, intimidad y belleza. Véase: Junichirō Tanizaki, Elogia a la sombra (Madrid: Editorial Siruela, 2023).
- 3 Véase: Fernando Vegas y Camilla Mileto, “El espacio, el silencio y la sugestión del pasado. El santuario de Ise en Japón”, Loggia, Arquitectura & Restauración 14-15 (2003):14-41. doi:10.4995/loggia.2003.3555
Bibliografía recomendada
- Fujita, Masaya. «Shinto Perspectives in Miyadera Architecture.» Journal of Japanese Religious Studies 42, no. 1 (2015): 1-20.
- Isozaki, Arata. Santuarios de Japón: Culto y magia. Barcelona: Editorial Blume, 2008.
- Massao Kato, La Arquitectura Japonesa. Barcelona: Editorial Gustavo Gili, 2004.
- Matsubara, Saburo. Arquitectura Japonesa: Casas, templos, jardines y castillos. Barcelona: Editorial Blume, 2016.
- Nishi, Kazuo, and Kazuo Hozumi. What is Japanese Architecture?: A Survey of Traditional Japanese Architecture. Kodansha International, 1996.
- Sato, Yasuo, and Akira Suzuki. Traditional Japanese Architecture: An Exploration of Elements and Forms. Shokokusha Publishing Co., 1985.
- Tanaka, Terunobu. Japonismo en la Arquitectura Occidental: Un estudio comparativo sobre el shinmei-zukuri y su influencia. Ediciones Akira, 2009.
- Yatsuka, Hajime. «Shinto and the Architecture of the Shinmei Style.» Asian Folklore Studies 59, no. 2 (2000): 323-339.
Alberto Alonso
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