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Graneros en el camino. El hórreo gallego

Aproximación

La riqueza patrimonial arquitectónica es el resultado de la suma de las diversas capas que a lo largo de la historia y dependiendo de condicionantes y factores propios de cada lugar o territorio donde se ha asentado la humanidad, y que han determinado una forma particular de habitar durante siglos.

La arquitectura tradicional, ha recogido, conformado y soportado no solo los escenarios de la vida, sino que también es la albacea del saber centenario y la identidad de un territorio, en consecuencia son la expresión (o reflejo) de la sociedad (o tiempo). Por tanto, desde su origen, la arquitectura ha aportado respuestas y diversidad a las exigencias planteadas por la humanidad siempre desde las lógicas del conocimiento de cada momento y lugar.

Imagen 1: Alto Volta, Burkina Faso Faso © Johan Theodorus Broekhuijse | Fuente: COLLECTIE TROPENMUSEUM Een man bezig aan het vlechtwerk voor een nieuwe voorraadschuur TMnr 20010631.jp

Poner en valor la arquitectura tradicional, vernácula, es importante ya que su estudio nos permite identificar y anliazarlas para fomentar su conservación, sin que esto signifique rechazar las nuevas tecnologías y los avances constructivos o que se transformen en un mero escenario. Solo así lograremos que nuestras construcciones centenarias y distintivas no lleguen a desvirtuarse y puedan conservar toda su esencia, y soporten la vida.

Se considera Arquitectura Tradicional al conjunto de construcciones que surgen de la implantación de una comunidad en su territorio y que manifiestan en su diversidad y evolución su adaptación ecológica, tanto a los condicionantes y recursos naturales, como a los procesos históricos y modelos socioeconómicos que se han desarrollado en cada lugar. Constituyen un destacado referente entre las señas de identidad culturales de la comunidad que la ha generado, y es el resultado de experiencias y conocimientos compartidos, transmitidos y enriquecidos de una generación a otra”.

Patrimonio Vernáculo Construido utilizado internacionalmente (Conferencia de ICOMOS, Morelia, México, 1999)

Partiendo de esta definición nos centraremos en unas pequeñas construcciones anexas y habituales en cualquier parte del mundo, pero que en Europa, y más concretamente en el norte de la península ibérica, son habituales en el paisaje rural. Estamos hablando de los graneros, que además según su tipología y asentamiento se denominan de una forma u otra, pero que cuya misión principal ha sido almacenar y conservar el grano.

El alma de Galicia no se esconde a quien la busca con amor y sinceridad; pero es tímida, saudosa, nostálgica, no gusta de exhibirse en las ciudades modernas, en los hoteles elegantes. Hay que buscarla en las ciudades modernas, en los hoteles elegantes. Hay que buscarla en los valles decorados por las viñas; en las aldeas idealizadas por los cruceros seculares, en las costas bravas, entre la fuerza eterna del mar y la energía también eterna de los pescadores valientes y sencillos; bajo la sombra de los pórticos románicos; en todos los lugares donde la vida hace un alto para dejar oír momento la palpitación de la raza”.

Ramón Otero Pedrayo

Imagen 2: Fuente: Eugeniusz Frankowski, Hórreos y palafitos en la Península Ibérica”. Memorias de la Comisión de Investigaciones Paleontológicas y Prehistóricas, nº. 8. Madrid: Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas (1918)

Los hórreos de Galicia

El hórreo es una construcción tradicional cuya denominación es propia del norte peninsular con características particulares según el territorio pero que se caracteriza generalmente por la disposición de una cámara ventilada (donde se almacenan, curan y conservan las cosechas recogidas y otros productos) y elevada con el fin aislarse de la humedad del terreno e impedir el acceso a animales (principalmente de roedores y alimañas) a su interior. De esta manera, el hórreo consta de tres partes principales:

‐ Cubierta, elemento que protege del ambiente exterior y la climatogia.

‐ Cuerpo intermedio, una cámara cuyau misión principal es almacenar y secar, puede ser más o menos permeable.

‐ Basamento, estructura que soporta los elementos anteriores aislándolos elevándolos sobre el terreno mediante pilares, pantallas o construcciones cerradas.

Imagen 3: Fuente: Eugeniusz Frankowski, Hórreos y palafitos en la Península Ibérica”. Memorias de la Comisión de Investigaciones Paleontológicas y Prehistóricas, nº. 8. Madrid: Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas (1918)

Los hórreos gallegos poseen una gran variedad de formas dependiendo del material empleado para su construcción, por lo que pueden agruparse en:

I. Entretejidos de varas como los cestos de llamados paxes en Galicia, (hórreo de corres o de cainzo, cabazo).

II. De madera y sus paredes construidas de tablas estrechas.

III. Mixtos de madera y piedra, siendo dos penales y vigas laterales de piedra y las otras dos construidas en madera.

IV. Todos construidos en piedra.

V. Todos de piedra, cerrados por debajo, sin columnas.

El cabaceiro y los hórreos mixtos de madera y piedra

Los hórreos de vara entretejida adquieren popularmente diversas acepciones en función de la técnica, forma o material, así podremos encontrarnos con cabaz o cabazo, cabaceiro, canastro canizo o cainzo, etc.

Cabazo: «Hórreo entretejido de ramas o varas, de planta circular. Se emplea también cabas o cabazo. La denominación cabaceiro o cabaceira, que también se le aplica, corresponde más bien al hórreo entretejido cuando es de planta alargada».1

Imagen 4: Cabazo y cabaceiro Fuente: Eugeniusz Frankowski, Hórreos y palafitos en la Península Ibérica”. Memorias de la Comisión de Investigaciones Paleontológicas y Prehistóricas, nº. 8. Madrid: Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas (1918)

Su estructura3 se compone de los siguientes elementos:

Pes dereitos, generalmente cada uno de los cuatro bloques de piedra o bien de madera que los aíslan y elevan del suelo, y que conforman el basamento.

Tomarratos, piezas de forma circular y que no siempre están presentes (cuya función es impedir el acceso de roedores y otras alimañas). En algunas ocasiones descansan sobre muros macizos de piedra.

Cámara, elemento cilíndrico o bien de forma troncocónica invertida; y cuyas dimensiones oscilan, diámetro entre 1,30 m a 1,50 m de mientras y altura variable.

Grade, base tosca formada por cuatro tablones en los que apoya el piso de madera sobre el que se fijan los estadullos (elementos verticales ques que sostienen y refuerzan el entretejido de varas).

Base del cerramiento lateral del granero que se completa con un entretejido de varas o ramas. El material es muy variable.

Cubierta, realizada de paja de centeno (palla colma); cuya forma suele ser cónica y su pendiente es variable dependiendo de la destreza del constructor.

Imagen 5: Fuente: Hórreos de Galicia. “Hórreos de Galicia”, Hórreos de Galicia (De la Torre Rey, Beatriz y Rodríguez Rodríguez, Fernando) (Última consulta 03/10/2022).

El acceso al interior se hace por el tejado para depositar la cosecha y se vacía por medio de una portilla colocada en la parte baja del cuerpo. La evolución tipológica de esta primigénea construcción son los cabaceiros o palleiras, cuyas principales diferencias estriban en su forma, rectangular y estrecha. Su construcción es igual a la del cabazo, surgen como evolución de los anteriores pero se caracterizan por ser más alargados y estrechos, una puerta de acceso, a la que se acceder mediante una escalera o bloque de piedra situado delante de la misma. La estructura en sus ángulos se ve reforzada gracias a unos tablones más resistentes que, además, aguantan el peso de la cubierta. Dicha cubierta suele ser de bien de paja o de teja, dependiendo de la disponibilidad de material y/o económica. El armazón de ésta se remata con unas tijeras, ripas y cangos (elementos que sirven de estructura y arriostra el conjunto del tejado). similares a las más antiguas construcciones de colmo.

Imagen 6: Hórreo de Ancares Fuente: Eugeniusz Frankowski, Hórreos y palafitos en la Península Ibérica”. Memorias de la Comisión de Investigaciones Paleontológicas y Prehistóricas, nº. 8. Madrid: Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas (1918)

En ambos casos la ventilación es muy buena a través de las paredes, ya que el entretejido deja multitud de ranuras para poder salir el aire. En algunas ocasiones los hórreos de varas adquieren una forma de planta cuadrada que los situaria a medio camino entre el cabazo y cabeceiro de forma que tendría mayor cabida que el primero; no son abundantes y donde más se han encontrado es en Chantada (Lugo, Galicia).

El sistema constructivo

Los cabazos (tanto de planta circular como rectangular) constituyen el tipo más primitivo de los hórreos y su técnica constructiva se denominada entretejido, y deriva de la cestería artesanal, ya que consiste en ir entrecruzando unas tiras de madera con otras varas vegetales, creando una malla. El material empleado es muy variable ya que depende de la accesibilidad al mismo, bien porque no son propietarios o bien no son especies propias de la zona. De forma general estas especies pueden ser de castaño, roble (carballo) sauce o abedul (salgueiro) que por sus características se adaptaban al uso que estaban destinadas. Sobre el cuerpo se coloca la cubierta realizada de paja de centeno (palla colma); suele ser cónica y su pendiente es variable dependiendo de la destreza del constructor.

Imagen 7: Fuente: Eugeniusz Frankowski, Hórreos y palafitos en la Península Ibérica”. Memorias de la Comisión de Investigaciones Paleontológicas y Prehistóricas, nº. 8. Madrid: Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas (1918)

Para su extracción colocan una puerta de pequeñas dimensiones en la parte baja del cuerpo. La vida útil media de un cabazo o cabaceiro ronda entre los 1O a 15 años, dependiendo de su buena conservación y de las inclemencias del tiempo. Cuando se encuentran prácticamente inservibles son abandonados, quemados o bien se reciclan para otros uso, principalmente leña, que es lo más común.

Repensando el uso de los hórreos

La función de los hórreos hoy en día, ha pasado a un mero contenedor ornamental pues el abandono del rural y de las técnicas tradicionales está despareciendo. De la desocupación de estas estructuras surge el proyecto de centlitros y Javier Iglesias, ¿qué puede encajar y así aprovechar temporalmente y sin producir alteraciones sustanciales que contravengan la condición de bien patrimonial?

Teniendo en cuenta estas consideraciones, la intervención se centró en el acondicionamiento de su interior con el fin de convertirlo en una suite personal para uso de los jóvenes durante el período estival”.

Imagen 8: Gran Suite. Aprovechamiento de los hórreos en desuso | cenlitrosmetrocadrado © cenlitrosmetrocadrado + Javier Iglesias

Una propuesta sencilla y económica, mediante un sistema de auto-edición y rápido montaje que resuelve unas funciones mínimas de asiento, escritorio, descanso y almacén, y con la suficiente neutralidad para permitir a cada posible usuario adaptarlo a sus necesidades.

Notas

  • 1 Según Mel territorio, los graneros se deminan de forma particular tales en hórreo y tiene también un sentido muy similar al de silo. En Castilla (España), a los graneros adosados a las viviendas se los denominaba trojes. Incluso el propio término hórreo es una generalidad, como se recoge en el libro Los Hórreos Gallegos de Clodio González Pérez «Aunque se ha generalizado la denominación hórreo, tanto para el gallego como para el castellano, en nuestra tierra se usan otras de carácter local, aunque algunas cuentan con un área geográfica bastante grande , entre las que se cuentan, cabaceira (o cabeceira) , cabaceiro, cabana, cabás, cabazo, canasto, canastra, canastro, canizo , caustra, caroceiros, celeiro, graneira, graneiro, hórreo, horro, palleira, paneira, piorno, sequeiro«
  • 2 Según Martínez Rodríguez, l., El hórreo gallego (A Coruña, Fundación Pedro Barrié de la Maza1979), 331.
  • 3 Según María del Carmen García Flórez. “Cabaceiros de la Comarca de Ulloa”. Narria: Estudios de artes y costumbres populares, nº. 63-64, ejemplar dedicado a: Lugo (1993): 6-9.

Bibliografía

Alberto Alonso

Alberto Alonso

Arquitecto autónomo editor en veredes, arquitectura y divulgación. Embajador y corresponsal de la Fundación Arquia.

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