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CASA DEL ABUELO MARTINHO #Arquitecturademadera

Arquitectura: COVO Interiores

Fotografía: João Morgado

Desde: Archdaily

La casa, construida en la década de 1940, cuando el abuelo Martinho regresó de Brasil, recibió una nueva familia, el nuevo propietario es un diseñador de interiores que regresa de la ciudad a su pequeño pueblo TOURO, situado en el interior de Portugal. Situado a 800 metros de altitud, el pueblo cuenta con mil habitantes. En el pueblo, en un pequeño callejón, se encuentra la casa del abuelo Martinho, 2 edificios contiguos con un anexo, construidos en piedra. El río, el Covo, el lugar y la pertenencia se entienden mejor en La casa del abuelo, nuestra primera obra. La Casa del Abuelo Martinho representa todo aquello en lo que creemos, la vida, la individualidad dentro del pueblo, el granito que sustenta la protección.

Fue también un desafío, juntar las diversas artes, los muchos saberes, combinar obras, realizar armonías. Albañil, carpintero y fontanero. Constructor, pintor y electricista. Todo orquestado en la batuta del interiorismo, tareas distintas, reunidas en un mismo objetivo, posibilitar una vida cómoda para dos adultos y dos niños. La Casa del abuelo Martinho fue recuperada respetando el lugar, la polilla y los materiales. Dos suelos de granito, con ventanales que dan a la calle ya la montaña, dos cuartos que prevén el futuro, las gallinas que corretean por los patios. Una casa llena de recuerdos y curiosidades, llena de futuro y modernidad.

El bloque principal, la casa donde vivió el abuelo, acoge el espacio habitable, dividido en dos plantas, de 55m2 cada una. La planta baja, antiguamente el lugar de los animales, daba paso al salón y la cocina, divididos por un cajón central de madera de roble, que alberga la escalera y los sanitarios. La planta superior da paso a 2 habitaciones con sus sanitarios. El edificio contiguo donde el abuelo guardaba los cereales y la cometa del vino se transformará en un pequeño estudio, que permitirá al propietario, que es diseñador, desarrollar el trabajo. El exterior se conservó al máximo, respetando el origen y la memoria y el entorno.

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