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UN ENORME SALERO DE MADERA: EL ALMACÉN DE SAL DE GEISLINGEN

Imagen 1. Madera y sal en el interior del almacén de Geislingen, en pleno funcionamiento. Foto: Martin Duckek.

Esta vez nos encontramos en Geislingen, pequeña población al este de Stuttgart, en el sur de Alemania. Estamos en primavera y casi (o ya) ha acabado la temporada de heladas. Atrás quedaron los días grises y brumosos en los que todo luce de un blanco radiante.

En el área de mantenimiento de carreteras del distrito de Göppingen, un día más las potentes luces iluminan la enorme nave con pórticos de madera. Una pala cargadora empuja hacia arriba montañas de sal. No deja de ser un simple almacén, pero es todo un placer para la vista. Hoy estás en el almacén de sal de Geislingen.

Imagen 3. El almacén desde el exterior, en plena época de nevadas. Foto: M. Duckek.
Imagen 2. El almacén desde el exterior, en época estival. Foto: M. Duckek.

¿Qué tiene de especial almacenar sal?

A lo largo de la extensa red de carreteras del país de Mercedes y BMW, se ubican esta tipología de edificios que suelen pasar totalmente desapercibidos pero que tienen una función clave en los meses de invierno. En estos almacenes se almacena la sal que luego se usará para mantener las carreteras en buenas condiciones de seguridad durante las nevadas.

Si su función es tan sencilla como almacenar sal, el diseño podría ser igual de sencillo. Pero hasta llegar a este punto se tuvieron que solucionar algunas situaciones especiales, ten en cuenta que la sal ataca sin piedad a la mayoría de los materiales de construcción. ¿Y a la madera? En las dos imágenes de más abajo puedes hacerte una idea.

Imagen 4. Dos ejemplos: el espectacular interior de los almacenes de Ellwangen y Sondershausen. La madera como protagonista. Foto: Derix, M. Duckek.

A pesar de que podría ser una tipología sin pretensión ninguna, existen algunos ejemplos muy reseñables y con unos espacios interiores espectaculares. Y puede que el más interesante es el que verás hoy de Geislingen.

El almacén de sal de Geislingen, tan simple como sofisticado

Este edificio es un ejemplo de cómo las tareas de construcción pueden llevar a la excelencia. La construcción a menudo se descuida y parece sencilla a primera vista, pero realizándola con atención se pueden crear edificios de acento arquitectónico y funcional excepcional.

El equipo de arquitectos del estudio Vautz-Mang, con sede en Stuttgart, identificaron cuáles eran los dos problemas principales que condicionaban el proyecto y cómo, a su vez, se aprovecharon de su solución, siempre buscando la máxima calidad.

Imagen 5. Esquemas de concepto, un resumen del proyecto. Foto: Vautz-Mang Architekten.

1. ¿Cómo evitar que el edificio salte por los aires?

Era la primera cuestión que lanzaba el arquitecto Stefan Mang. El edificio debía ser capaz de almacenar hasta 1.700 toneladas de sal y por tanto, aguantar unas enormes cargas horizontales. Esto se consiguió gracias a unos potentes contrafuertes de hormigón exteriores que sirven a su vez de apoyo para la gran cubierta de madera.

Imagen 6. Alzado lateral. La serie de pórticos de madera y la cubrición transparente le dan una gran ligereza.
Foto: Vautz-Mang Architekten.

2. ¿Cómo proteger la sal y a la vez evitar que deteriore el edificio?

Por una parte hay que mantener la sal seca y ventilada. Por otra, los materiales de construcción deben elegirse en consonancia para protegerlos de la agresividad de la sal. Aquí es donde entra la madera en juego.

Tatjana Vautz y Stefan Mang optaron por la madera y redujeron el número de conexiones metálicas al mínimo ante la amenaza de corrosión. Se utilizaron sólo dos tornillos por soporte, visibles y fáciles de sustituir. Además, todos los elementos constructivos son accesibles y libres de cavidades para que estén bien ventilados y no se acumule sal en ningún hueco.

Las láminas onduladas de plástico transparente sirven de protección contra la intemperie y aseguran la iluminación natural. En el interior, se aprovecha el efecto conservante de la sal sobre la madera.

El resultado es una composición bien proporcionada de materiales sencillos, baratos y fabricados industrialmente, un edificio equilibrado y finamente detallado que muestra la gran inteligencia a la hora de planificar.

Estas decisiones fueron clave para que la Asociación de Arquitectos Alemanes le otorgase el Premio Hugo Häring en 2017. Según el acta, el edificio alcanza un equilibrio perfecto entre el aspecto estético y el funcional.

Imagen 7. Detalle de la coraza. Desde aquí se aprecia la transición hormigón-madera, con los dos únicos tornillos por pórtico. Foto: M. Duckek.

La sal también conserva la madera

A pesar del peso de las montañas de sal que protege la nave, parece hasta ligera. La bañera de almacenamiento, de 23 metros de largo, 11 de ancho y 11 de alto, descansa sobre una serie de contrafuertes de hormigón que la rodean casi por completo.

La superficie de contacto con la sal es de madera laminada de 14 centímetros de grosor, sin tratamientos, ya que la sal hace de conservante en contacto con la madera. Otra vez queda de manifiesto la simbiosis entre los escasos materiales de esta obra.

Imagen 8. La ‘bañera’. Toda la superficie de contacto con la sal y las puertas son de madera sin tratar. Foto: Vautz-Mang Architekten.

Por encima de la bañera y anclándose a los soportes de hormigón, se alzan doce esbeltos pórticos de madera trabada que conforman la cubierta. Sobre éstos descansa una fina chapa ondulada de PVC resistente a la sal y totalmente ventilada.

Tanto la chapa ondulada como los pórticos de madera crean esa coraza de protección resistente, ligera y esbelta. Hasta permite a los camiones salir por la puerta corredera con la caja basculante en vertical sin problemas, un requisito bastante especial y de ayuda a la hora de trabajar.

Imagen 9. Detalle de la envolvente, con la subestructura de madera anclada a los pórticos. Foto: Vaut-Mang Architekten.

Los números salen cuando se cuida la arquitectura

El almacén se inauguró en septiembre de 2016. Con esto se suplía la necesidad para mantener la red de carreteras de 380 km libres de nieve e hielo.

Las cifras también ratificaron la eficiencia de este proyecto:

– El almacén estaba preparado para acumular hasta 1.700 toneladas de sal para las carreteras de la región

El tiempo de construcción fue de sólo 11 meses

– Los costes totales no llegaron al millón de euros (920.000 para ser más precisos), siendo inferiores a los baremos medios usando tipos de construcción convencionales

Como dijo el jurado de los premios Hugo Häring, otorgado en 2017:

«Este almacén de sal en Geislingen es un ejemplo impresionante de cómo tipologías que a menudo se descuidan y parecen sencillas a primera vista pueden marcar un acento sobresaliente desde el punto de vista arquitectónico y funcional. Dado que la sal ataca a la mayoría de los materiales, para este proyecto se desarrolló un refinado concepto de materiales y construcción (. . .) El resultado ha sido una composición bien proporcionada de elementos sencillos, baratos y de fabricación industrial: un edificio equilibrado y finamente detallado que da fe de una inteligente planificación.»

Sería todo un avance que los edificios de este tipo se realizaran de una forma tan sencilla, pero tan sofisticada. Un ejemplo perfecto de dar «liebre por gato», como le gustaba decir al arquitecto Alejandro de la Sota, ¿no te parece?

Imagen 10. Pasen y vean. Foto: M. Duckek.

*Bonus:

Aquí tienes la ubicación exacta del edificio.

– En este enlace verás algunas fotos más, por si quieres profundizar.

– Planos y detalles del equipo de arquitectos, aquí.

– En 2017, recibió el prestigioso premio de arquitectura Hugo Häring: Salzlagerhalle_Geislingen

– En 2018, también recibió el premio especial Holzbaupreis, lo tienes aquí:  informationsdienst-holz.de. Estos interesantes premios ya los viste en este post.

Datos de proyecto:

Año de construcción: 2016

Promotor: Hochbauamt Ulm

Arquitectura: Vautz-Mang Architekten, Stuttgart

Cálculo de estructura: Furche Geiger Zimmermann Tragwerksplanner GmbH, Köngen

Construcción en madera: Rieg Holzbau, Schwäbisch Gmünd

Cálculo cimentación en hormigón: Bürkle Ingenieurbau, Göppingen

Construcción en hormigón: Blautal Bauunternehmen GmbH, Blaubeuren

Acondicionamiento terreno: Carl Rossaro GmbH, Aalen

Electricidad+iluminación: Gode GmbH, Ulm

Tiempo de construcción: 11 meses

Número de plantas: 1 planta

Superficie bruta construida: 546 m²

Volumen construido: 5866 m3

Costes de construcción: 770.000 € (incluido mejora del subsuelo)

Costes totales: 920.000 €

Referencias:

www.vautzmang.de

www.informationsdienst-holz.de

www.german-architects.com

www.baunetz.de

Editores del post: Maderayconstruccion

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