PETIT CABANON, pequeño-gran contenedor en madera

“En resumen, en los espectáculos arquitectónicos, los elementos del lugar intervienen en virtud de su volumen cúbico, de su densidad, de la calidad de su materia, y son portadores de sensaciones bien definidas y bien diferentes (madera, mármol, árbol, césped, horizontes azules, mar cercano o lejano, cielo). Los elementos se elevan como muros ataviados en potencia de su coeficiente cúbico, estratificación, materia, etc., como los muros de una sala. Muros y luz, sombra o luz, triste, alegre o sereno. Hay que componer con estos elementos”.

(Le Corbusier 1924)

Todo los veranos, Le Corbusier y su esposa Yvonne, disfrutaban de su pasión por el mar, por el Mediterraneo en el sur de Francia. En el solitario y escarpado terreno de Roquebrunne-Cap Martin¹, allí a la sombra que arrojaban los pinos y los olivos, unido al cobijo de la terraza de un pequeño restaurante local, “L’Etoile du Mer”, el maestro disfrutaba del tiempo, y donde seguramente sus grandes proyectos germinaron bajo ese sol y ese frescor mediterráneo. La asiduidad al chiringuito, y a buen seguro que sus dotes arrolladoras, hizo que estableciese una profunda amistad con su propietario Thomas Rebutato,² un antiguo fontanero y su mujer.

Fue allí, en un rincón donde ese hombre enjuto de ciento ochenta y tres centímetros, rodeado de papeles que esbozan los grandes proyectos y obras como la Unidad de Habitación de Marsella, Chandigarh, la Capilla de Ronchamp y el Monasterio de La Tourette, garabateo en su cuaderno de notas los primeros esbozos del lugar en el que se ubicaría su refugio.

“El 30 de diciembre de 1951, en la esquina de una mesa de un pequeño chiringuito de la Costa Azul, dibujé, para regalárselo a mi mujer con motivo de su cumpleaños, los planos de una cabañita que al año siguiente construí sobre un peñasco batido por las olas. Estos planos (los míos) fueron hechos en 3/4 de hora. Son definitivos; nada fue cambiado; la cabañita fue realizada con una puesta en limpio de aquel dibujo. Gracias a El Modulor, la seguridad en el caminar fue total.”

Le Corbusier, 1950

Ubicada a más de 20 metros sobre el mar y con unas inmejorables vistas exteriores sobre el horizonte y el paisaje circundante, el maestro Le Corbusier construiría Le Cabanon. Un refugio primitivo, elemental y mínimo de escasos 16 m² y pensado para vivir absorto en sus pensamientos. La construcción es un recinto rectangular de una sola planta con unas medidas concretas: 3,66 x 3,66 m y una altura de 2,66 m, curiosamente la misma dimensión que del hombre (ideal) con la mano levantada... la exactitud del canon volvía hacer acto de presencia.

Este existenz minimum³ se adosó al chiringuito de Rebutato, ya que carecía de baño y cocina. Años más tarde se añadiría en el extremo opuesto de la parcela, un pequeñísimo taller donde archivar su producción plástica y los objetos encontrados en sus paseos a orillas del Mediterráneo.

Esta humilde construcción realizada íntegramente en madera muestra un claro contraste entre el carácter suave y confortable del interior frente aspecto exterior, rústico y salvaje. Esta dualidad,⁴ construcción in situ frente a industrialización, se manifiesta gracias una sencilla pero eficiente estructura de bastidores de madera formando un armazón de piezas rectangulares, donde el revestimiento interior se conforman mediante tableros contrachapados de madera (al igual que mobiliario) mientras que cerramiento exterior se realiza con tableros sin desbastar de corteza de pino, otorgando la imagen exterior de la típica cabaña de troncos canadiense.

La separación entre ambas pieles se aprovecha para colocar los necesarios aislamientos así como las simples redes de fontanería y electricidad. Esta misma solución se adopta para la cubierta formada con simples planchas de fibrocemento apoyadas en las vigas, mientras que el falso techo, de tableros contrachapados, separados una distancia suficiente para permitir la ventilación y atenuar así la acción del soleamiento de una manera elemental. La piel interior y el mobiliario realizado con tablero contrachapados da un sentido absolutamente modulados, poniendo manifiesto las intenciones de su maquina para vivir, precisión, eficiencia y economía.

Esta caja, concebida como un mueble, se apoya finalmente en unos dados de hormigón que la separan del terreno. El Cabanon a pesar de la intención sensación de arquitectura vernácula exterior, fue completamente prefabricado y minuciosamente supervisado por el maestro.

Pese a la rapidez del esbozo, el proyecto fue pensado, dibujado replanteado en varias alternativas al menos los 6 meses posteriores pero en ningún momento alteraron la configuración del habitáculo⁵ primigenio.

Inicialmente el Cabanon se proyectó en aluminio y para ello el maestro propuso una colaboración a Jean Prouvé, uno de los grandes pioneros en la prefabricación e industrialización, pero esta asociación no llegó a cuajar. Pero sí la unión Charles Barberis, el carpintero corso que realizó y desarrollo todos los muebles del interior del cobijo. Fue propio Charles Barberis el que finalmente se encargó de la construcción en su taller de Ajaccio de prefabricar el propio Cabanon, su transporte y su montaje. El montaje fue realizado por Barberis y un ayudante bajo la supervisión de Jacques Michel⁶, representando a Le Corbusier. Muchas de las piezas metálicas originales se cambiaron por soluciones más simples realizadas en madera finalmente.

El proyecto se piensa exhaustivamente desde su interior, cuya estética de funcionalidad y fabricación sin artificios eran sus principios, y así queda reflejado en los diferentes croquis y correspondencia tanto por el propio Le Corbusier pero también amargamente por su propia mujer.

“Observa Brassai la celda en que mi marido me tiene enclaustrada…solo mira. Me obliga a dormir en el suelo, en un baño junto al lavabo. Todavía no comprendo como me las he arreglado para vivir veinte años con este fanático y aguantar todas sus ideas disparatadas.”

Irónicamente, hoy en día, es el exterior el que sobrevive con mayor dignidad, en contraste con un interior más bien deteriorado, tal vez producto de su construcción menos robusta en comparación con el exterior y que requiere, por lo tanto, mayor cuidado, al igual como fue pensado.

Este desgaste de la madera no debemos achacar a la elección del material, pues según las intenciones proyectuales que planteó el maestro se adaptaba perfectamente, si no más bien a la falta de mantenimiento y a la tecnología del producto del momento. El desgaste por tanto del interior se debe fundamentalmente a que los tableros contrachapados⁷ (recordemos que tableros formados por un número impar de chapas encoladas perpendiculares entre ellas) donde más sufren es en los cantos, y estos no están bien rematados.

A veces, los productos al igual que el prototipo de Le Corbusier, son únicamente experimentos instigadores de investigaciones y resultados deben ser valorarse como tal, o simplemente son castillos en el aire..

“Hay un castillo en la Côte d’Azur que mide 3,66 x 3,66 m. Es para mi esposa. Es extravagante en su comodidad y en su simplicidad.”

Le Corbusier

Notas:

¹ Villa E-1027 de Eileen Gray se escuentra a escasos metros de Le Cabanon.

² De esta amistad surgen los proyectos “Roq y Rob”, de los cuales Thomas Rebutato, propietario era el principal promotor aportando el predio y algunos potenciales clientes. Del proyecto original, únicamente se llevará a cabo, entre 1954-57, la construcción de cinco “Unités Camping” al otro lado del restaurante.

³ “No es por cierto ésta la primera vez que Le Corbusier ensaya el proyecto del espacio de recogimientoesencial (y propio). Ya en su estudio de la calle Sèvres en París, Le Corbusier construye para sí, una célula mínima.” Anibal Parodi

⁴ Material propios de la zona (troncos , lampazos) mientras que el interior montaje industrial y alto grado de sofisticación.

⁵ Françoise Franclieu ha recopilado y transcrito los carnets donde Le Corbusier realizaba las anotaciones del trabajo cotidiano, así como los primeros croquis del caso del Cabanon. FRANCLIEU, Françoise, Le Corbusier Sketchbooks, volume 2, 1950 – 1954, Thames and Hudson, Londres, 1981

⁶ El joven arquitecto Jean Michel será el encargado de dibujar los planos definitivos para sortear los problemas burocráticos de la licencia municipal, el cubículo se define como una chambre de villegiature para el guardés de l’Étoile de Mer.

⁷ Construir con Madera. Breve Guía de Supervivencia.

Bibliografía:

VV.AA. Tectónica 11: Madera (I). ATC Ediciones. Madrid, 2000.

VV.AA. Tectónica 13: Madera (II). ATC Ediciones. Madrid, 2001

Guía de la madera en la Cosntrucción. AITIM. 1994