LOS SHAKERS, minimalismo y sencillez desde el siglo XVIII

Quizás si mencionamos el nombre, Sociedad Unida de Creyentes en la Segunda Aparición de Cristo, no te diga nada pese a que podrías reconocer su herencia en muchas de las obras que hoy se publican. De hecho, es posible que puedas detectarlo al abrir cualquier medio o red social relacionado con el interiorismo, diseño o artesanía, incluso en tu propio entorno doméstico.

La Sociedad Unida, más conocida como los Shakers (o Shaking Quakers), y menos famosa y reconocible que otra pariente cercana como son los Amish, se hizo popular por sus comunidades ordenadas, granjas productivas agrícolas-ganaderas y su industria (actividades de fabricación desde artesanía a inventos de una manera sencilla, duradero y elegante).

Origen de los Shakers

La historia de este peculiar grupo religioso cristiano tuvo su germen en Inglaterra, como consecuencia de la reforma protestante y los avances tecnológicos frente al poder de la Iglesia católica que desencadenado en las actuales y diversas denominaciones protestantes. Estas ramas religiosas que se desarrollaron durante los siglos XVII y XVIII, tales como los “camisards” franceses y los cuáqueros (quakers), dos denominaciones protestantes, contribuyeron a la formación de las creencias Shaker.

Alrededor del año 1747, algunos miembros liderados por Jane y James Wardley, de la Sociedad de Cuáqueros (Society of Quakers) se escindieron y formaron su propio grupo independiente, que originalmente fueron conocidos como Shaking Quakers, porque durante los actos religiosos “temblaban de fervor religioso en sus servicios”.

Los principios esenciales que regían este grupo eran el celibato (un problema a la postre, ya que dificultaba el incremento de la comunidad y por tanto lo hacía dependientes de nuevos conversos para continuar existiendo tales como las personas sin hogar o los trabajadores migrantes), el trabajo honrado, la sencillez, la propiedad comunal, la confesión, y por último la igualdad social. La adopción de estos ideales igualitarios¹, pese a la época en que vivieron, permitieron que las mujeres asumieran roles de liderazgo espiritual² junto con los hombres, llegando a ser lideresas fundadoras como Jane Wardley, la Madre Ann Lee y la Madre Lucy Wright.

Los tiempos convulsos en que les tocó vivir hizo que, al igual que otros muchos grupos sociales o comunidades, tuviesen que emigrar a las colonias de ultramar en busca de oportunidades, si bien su caso es un tanto particular ya según narran los texto, fue tras una “revelación” sufrida por su lideresa Ann Lee, que la condujo a establecer la primera Iglesia Shaker en América. Así que, el 10 de mayo de 1774, Ann Lee, su esposo y siete miembros zarparon desde el puerto de Liverpool en Inglaterra hacia Estados Unidos, donde establecieron un asentamiento inicial en Watervliet, Nueva York (actual Colonia) hasta que fundaron su primera comunidad, New Lebanon (condado de Columbia,Nueva York).

Los Shakers son además un interesante ejemplo de “comunidad utópica” o falansterio, que fueron intentos durante el siglo XIX y primera mitad del siglo XX de crear a una escala reducida, una comunidad basada en principios de colaboración, propiedad colectiva y una organización racional del trabajo y la vida social.

Las comunidades Shaker eran en gran medida autosuficientes ya que los miembros no solo cultivaban sus propios alimentos, construían sus propios edificios, fabricaban sus propias herramientas³, muebles para el hogar, elaboraban sus propias ropas en incluso medicinas si no que también vendían alimentos y bienes excedentes en su entorno. Esta organización social y económico les llevó a que en la década de 1860, la fabricación de sillas se convertirse en una industria fundamental en la comunidad de New Lebanon. Los principios Shaker que sostenían su fe, se aplicaban en todos sus productos⁴, reflejando así sus creencias, tales como honestidad. Este modo de hacer, conllevó una gran calidad de sus manufacturas, lo que les granjeó un gran respeto y admiración⁵, entre sus coetáneos.

«Debido a que el creyente ‘puso sus manos al trabajo y su corazón a Dios’, estos muebles también han sido denominados ‘religión en madera’. Para algunos, la fabricación de muebles ya no era una tarea ordinaria de hacer una mesa o cajón de cajones, sino que se convirtió en un acto de adoración” .

Mary Lyn Ray, (Ray 108).

El mobiliario shaker

Los Shakers fueron especialmente conocidos en su tiempo por tener propio estilo de muebles, conocido popularmente como “mobiliario shaker”. Se trata de estilo sobrio, de líneas simples y rectilíneas alejado de toda floritura u ornamento superfluo (consideraban que las prácticas «engañosas«, así definían el enchapado y la ornamentación aplicada, eran incompatibles con sus creencias), configurando espacios interiores “minimalistas”, y además elaborados a partir de madera maderas económicas (de especies americanas locales como el pino, el arce y el cerezo). Su mobiliario se caracterizaba por su durabilidad y resistencia, como así recogían en sus escritos:

“[The Shaker] descartaron lo superfluo para descubrir un fundamento por el cual se les enseñó a trabajar en todos sus hábitos. Adorno detraído. Instruido en la ‘simplicidad evangélica’ y restringido por las Leyes Milenarias, el creyente enmarca muebles sencillos como un ejercicio de perfección”.

(Lyn 114)

Los Shakers diseñaban sus muebles con dedicación, cuidado y centrados en la funcionalidad, donde “la función determinaba la forma” y que, posteriormente, tanto influyó en la arquitectura y diseño americano de su época.

A partir de estos principios rectores, los Shakers, no solo fabricaron sino que desarrollaron nuevas soluciones tales como disposiciones de cajones asimétricas o formas polivalentes para añadir interés visual sin recurrir a la decoración pura. Si bien la mayoría de las piezas Shaker se pintaban o teñían originalmente, estas acciones estaban más enfocadas en proteger la madera que para hacerla más atractiva a los ojos de los posibles compradores. Los colores estaban estrictamente regulados por las Leyes del Milenio, siendo los azules, verdes, rojos y amarillos los tratamientos preferidos más populares de manera monocromática⁶, y los podemos encontrar en los postes torneados, respaldos de listones o «escaleras» y asientos tejidos,

El mobiliario Shaker eran versiones simplificadas de diseños centenarios y populares porque los componentes eran comparativamente rápidos y fáciles de producir. Los ejemplos brillantes de diseño artesanal Shakers son múltiples, tales como simples cajas, sillas de ruedas, mecedoras (incluso variantes específicas para sus miembros), taburetes, sillas o mesas; pero siempre partiendo de un diseño que o bien simplificaban o bien reinterpretaban según las necesidades, obteniendo nuevas versiones.

Dentro de este tipo de creaciones nos encontramos por ejemplo, modificaron la mesa de «caballete» estándar, a la cual aplicando una serie de modificaciones dotaron de una apariencia más liviana y menos voluminosa. Para ello la rediseñaron tanto desde el punto de vista funcional, ya que simplemente moviendo el tablero superior, esto creaba más espacio para las piernas y evitaba dañar la camilla, y constructivo pues mediante un complejo vaciado de tres piezas de maderas permite que estas se crucen en un punto y que el propio peso del tablero cierre la estructura, lo que permite a través del diseño de la unión y el trabajo de su ejecución quede oculto, una vez finalizado el montaje de la misma.

De manera similar, los Shakers desarrollaron diversos modelos de que permitían maximizar espacios⁷ mediante un respaldo bajo de un solo listón, que podían deslizarse debajo de la mesa del comedor o colgarse de las clavijas de la pared cuando no se usaban. También aportaron soluciones como el sistema de apoyo continuo de patas traseras que permitía incluir la silla. Ese pequeño artilugio consistía en el vaciado de los extremos de dichas patas traseras, en la cuales se insertaba un pieza semiesférica que a modo de rótula rotaba dentro de la pata garantizando el apoyo de la misma cuando la silla se inclina. Esta pequeña pieza se ataba y tensaba a la propia para que la rótula no se desprendiese si la silla se levantaba.

Estos son solo unos pequeños ejemplos de sus producción pero se puede afirmar que más allá de sus principios son un referente en la construcción de interiores y diseño muebles de madera, se podría afirmar que la aportación de los Shakers se encuentra en una perfecta ejecución y diseño del trabajo artesanal de la madera.

Actualmente

Hoy en día pese a que el Shakerismo haya «decaído»⁸, por el contrario el mobiliario de estilo Shaker siguen siendo popular, y cotizado, además de ser fuente de referencia de nuevos creadores, cuya influencia en el diseño de mobiliario se ha visto por tanto reflejada en su diseños.

Dicha influencia se puede rastrear tanto en una primera generación de diseñadores daneses contemporáneos no ha dejado reivindicar su influencia, como puede resultar evidente en el caso del diseño de silla de iglesia de 1936 obra de Jare Klint, o la reinterpretación de la silla tradicional Shaker hecha años después -1944- por Børge Mogensen a través de la J39, entre otras, piezas que además ayudan a comprender diseños posteriores realizados por otros creadores como Hans J. Wegener, como en diseños más recientes, como en los objetos proyectado por el estudio MOS y que pueden verse en la exposición que presenta Maniera hasta septiembre de 2022.

La comunidad religiosa del siglo XIX, los Shakers ha sido y es fuente fuente de inspiración para muchos creadores, que siguen explorando las líneas marcadas, y aplicando sus enseñanzas, las cuales analizadas de forma somera y en perspectiva bien podrían aplicárseles etiquetas tan actuales “ecoproductos”, “sostenibilidad”, “km 0”, “economía circular”, etc. y otros eslóganes, pero que fundamentan su hacer en un clara filosofía.

Más allá de las connotaciones religiosas está la filosofía de trabajo de los Shakers, que recuerda a la expresada por la desaparecida artista Louise Bourgeois “I do, I undo, I redo”, y que siempre me refresca mi buen amigo Luis Gil, siempre que puede.

A veces no es necesario romper con todo…

Notas:

¹. “Muchos de los elementos de los Shakers son comunes con otras órdenes religiosas y sectas. Pero lo que era distintivo de ellos era su feminismo y su insistencia en el monasticismo mixto. Las comunidades Shaker, aunque no eran específicamente matriarcales, estaban entre las comunidades americanas más próximas a la igualdad sexual. El hecho que la mujer no tuviera que criar niños permitía que la mujer participar en la vida religiosa sin distracciones”. Cabolo, “Los últimos Shakers”.

². Ibídem. “Esta igualdad entre sexos quedaba limitada a la Iglesia, fuera de ella los Shakers seguían los roles tradicionales. De la misma manera que sus hogares estaban segregados por sexos, también lo estaban los trabajos, las mujeres dedicadas a las tareas del hogar y los hombres al trabajo en campos y tiendas”.

³. Sus comunidades también fueron fuente de muchos inventos, tales como escoba plana (más eficiente que la tradicional redonda), el arado cincel, la sierra circular, una lavadora movida por una rueda o la pinza de tender. Sin embargo jamás patentaron sus inventos. Resaltaron por sus granjas modelo, comunidades ordenadas y prósperas y comercio justo. Su industria e ingenio produjeron numerosos inventos no patentados que incluían, entre otras cosas, los tornillos de hélice, el metal ‘babbitt’, una rastra rotativa, un resorte automático, una rueda hidráulica de turbina, una trilladora, la sierra circular y la pinza de ropa de una sola pieza de madera. Fueron los primeros en empacar y comercializar semillas, y llegaron a ser los mayores productores de hierbas medicinales en los Estados Unidos.

Vincent, Nicholas C. «Muebles Shaker». En Heilbrunn Cronología de la Historia del Arte, (Nueva York: Museo Metropolitano de Arte, 2000). Fuente http://www.metmuseum.org/toah/hd/shak/hd_shak.htm (marzo de 2012)

⁴. Así como la productividad de sus granjas modelo e industrias.

⁵. Al comercializar sus muebles, Shakers pregonaba su atención al detalle y la calidad en una era en la que los muebles producidos en masa eran sinónimo de construcción de mala calidad.

⁶. Muchas piezas que ahora tienen acabados claros fueron repintadas o restauradas por propietarios posteriores.

⁷. Para maximizar el espacio, los muebles de la caja Shaker se “incorporaron” a la habitación misma o, si eran independientes, se diseñaron para adaptarse a áreas específicas.

⁸. Los Shakers empezaron su declive a finales del siglo XIX, por diversos motivos, lo que llevó a esta comunidad a extremos de quedarse en 2018 con solamente dos miembros, el hermano Arnold Hadd y la hermana June Carpenter.