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LAS LECCIONES DEL OFICIO. DE LA CREATIVIDAD A LA SOLVENCIA DEL HECHO CONSTRUIDO

“La magia de lo verdadero y de lo real” Zumthor. Atmósferas

En este texto queremos desarrollar dos ideas que consideramos complementarias y que, de alguna manera, orbitan el universo de maestros de la arquitectura contemporánea como Peter Zumthor, iniciado en el mundo de la arquitectura a través de la ebanistería o se aproximan a la apuesta del learning by doing desplegada en Taliesin por Frank Lloyd Wright.

La primera de estas ideas tiene que ver con las lecciones que nos da la construcción física de un proyecto, y la segunda se relaciona con la convicción de que la arquitectura, además de ser concepto espacial, es también entidad construida y como tal, es transmisora de todas aquellas sensaciones y efectos psicológicos que provocan la solvencia material.

“Estoy interesado en el proceso constructivo. Gran parte de la arquitectura es construcción. Al final, las cosas tienen unos materiales, unas dimensiones, unas texturas, una forma de incidir la luz en ellas, que dependen de cómo las has ejecutado, no del dibujo.” https://es.jcabrero.es/2015/08/29/dialogo-con-peter-zumthor/

Son muchos los ejemplos de actividades formativas y experimentales que de una forma u otra se apoyan en el trabajo con un material tan versátil como la madera para obtener valiosas enseñanzas sobre arquitectura. Talleres como los desarrollados desde 2012 por Collectif Parenthèse o las experiencias efímeras que se llevan a cabo en muchas escuelas de arquitectura, permiten aunar de forma rápida e intensa idea y construcción condensando así la complejidad del ejercicio arquitectónico en hechos concretos.

Imagen 1. Workshop sur le fleuve Bouregreg pour la Biennale d’Architecture Agora Rabat-Salé. Imagen: Fabien Salhen. H.M.O.N.P

En este sentido, podemos compartir aquí nuestros primeros pasos en la profesión de la mano del 10×15 col.lectiu y los montajes efímeros que en numerosas ocasiones hemos construido nosotros mismos. Este tipo de trabajos nos sitúan frente al reto de la ejecución de una idea y su puesta en carga en el mundo real donde las obras pueden llegar a someterse, sin margen para corregir errores, a una exposición pública multitudinaria. En cierto modo todo esto nos obliga a construir formas con precisión y a trabajar unos materiales que se estudian y manipulan con el objetivo de exprimir sus características plásticas de forma solvente. Nos aproximamos así a la figura del artesano que elabora con sus manos abandonando el rol de directores de un proceso para convertirnos en artífices del acto productivo.

“Gran parte de mi forma de diseñar consiste simplemente en escuchar al material que estoy usando y entender sus peticiones” https://es.jcabrero.es/2015/08/29/dialogo-con-peter-zumthor/

Como jóvenes arquitectos muchos de nosotros dábamos nuestros primeros pasos frente a la complejidad intelectual y documental del un proyecto de arquitectura, pero estas experiencias que nos zambullen en la construcción de un espacio efímero con madera, flores, agua o cartón, inoculan un fuerte compromiso con la precisión de lo proyectado.

Imagen 2. Patio de Can Girbal. Temps de flors 2003

Imagen 3. Exposición colectiva de proyectos urbanos realizada por los alumnos de Proyectos 7 de la ETSAE, UPCT, en el hall del Ayuntamiento de Cartagena, 2017. Imagen: Juan Ignacio Moya, Mª del Carmen Serrano y Miriam Belchí

Otra forma de abordar este compromiso entre creatividad arquitectónica y el hecho constructivo podemos encontrarlo en los procesos de maestría que se desarrollan en países centroeuropeos como Alemania o Francia donde el acceso a los estudios universitarios ligados a la arquitectura y la edificación puede realizarse desde la formación en oficios como la carpintería. En Alemania por ejemplo, se mantiene viva la tradición de los wandergesellen, hombres y mujeres que han terminado su capacitación en diversos oficios y viajan por todo el país para acumular experiencia y alcanzar la maestría, que además, en las especialidades afines, permite el acceso a estudios superiores. Este sistema convierte la adquisición de destreza en el oficio en un proceso vital que no solo dota a los aprendices de aptitud sino que también forja la madurez de la persona.

Para nosotros lo más interesante de estos procesos de aprendizaje es el acceso a la profesión desde la sabiduría del maestro que es capaz de abordar la creación arquitectónica con el máximo respeto por el objeto construido.

Imagen 4. Construcción de la escalera E+R. Blancafort-Reus arquitectura

Devenir profesional de la arquitectura habiendo adquirido la maestría en un oficio como la carpintería nos sugiere una predisposición a valorar el acto de proyectar desde un posicionamiento en el que la capacidad de provocar sentimientos de la arquitectura no se apoya eminentemente en lo formal, apreciado fundamentalmente a través del sentido de la vista y las reglas de la composición, sino que comparte protagonismo con lo material, una realidad mucho más compleja cuya percepción reside incluso más allá de nuestra reacción frente a los efectos sensoriales que suscita.

Y estas líneas nos devuelven a Zumthor. Como él mismo ha comentado en numerosas ocasiones, su tradición familiar y su formación como ebanista le enseñaron a trabajar la madera y a reconocer su comportamiento, dándole la oportunidad de testear primero en sus muebles y luego en su arquitectura, la importancia del proceso constructivo y los detalles en la consecución de un buen objeto/edificio que no solo se admira por sus geometrías sino que además, si es materialmente digno, posee la capacidad de dignificar a quien lo aprecia/habita.


Editores del post: Maderayconstruccion

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    2 Comments

  1. Lúcida reflexión sobre el ‘oficio del arquitecto desde el oficio’. Siempre me interesó el perfil de los grandes Maestros del Movimiento Moderno desde el punto de vista de su camino hacia la Arquitectura. En Corbu y en Mies, por ejemplo, hay una trayectoria muy ligada a la materialidad de las cosas, que luego se refleja en su obra.
    Qué bueno sería que en las Escuelas se fomentara la existencia de talleres de construcción, para que los estudiantes se curtieran en la aventura de trasladar a la realidad las ideas del papel, replicando experiencias como las que contáis en el post…

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  2. Desde luego Luís…y las hay. Y cada vez más ciudades cuentan con sus escuelas de arquitectura para intervenir en sus calles de forma efímera, para complementar festivales…Hay mucho camino por recorrer, pero el asunto está en marcha 😉

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