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EL FUTURO EN MADERA, FUTURO DE SALUD

En este último año, nos hemos cuestionado muchas veces nuestro modo de vida, la relación que mantenemos con el entorno y cómo esto condiciona nuestra salud. ¿Pero somos realmente conscientes del papel que juega la arquitectura en nuestro bienestar?

La arquitectura se encarga de diseñar los espacios para la vida. Proyectamos alterando el entorno para adaptarlo a nuestras necesidades, sin embargo, muchos de los edificios que nos rodean pueden ser dañinos para nuestra salud sin saberlo.

Imagen 1: Interiores de vivienda. Vivienda en Cruz Verde y vivienda en Estrada Porto | Fuente: Liqe Arquitectura

Madera en arquitectura interior

El empleo de madera en los interiores de nuestras viviendas supone numerosas ventajas para la salud, por su capacidad para regular la humedad ambiental y disipar las cargas estáticas presentes, entre otras propiedades.

Sin embargo, para garantizar un ambiente lo más saludable posible, debemos conocer ciertas características de los productos de madera que empleamos. Dichos productos, a excepción de la madera maciza, están mayoritariamente formados por la unión de virutas, fibras, serrín o listones; y precisan de aglomerantes para su cohesión.

Muchos de estos adhesivos y otros tratamientos que se aplican sobre la madera pueden contener componentes tóxicos. El más común es el formaldehído: un compuesto químico que se evapora a temperatura ambiente y cuya exposición prolongada puede acarrear problemas de salud de distinta consideración.

¿Cómo elegir?

Una pista muy sencilla nos ayuda a elegir: en general, cuanta mayor cantidad de aglomerante se necesite, mayor será la cantidad de formaldehído que contenga. En este sentido, el orden de preferencia debería iniciarse en la madera maciza, seguida de tableros alistonados, tableros contrachapados, tableros de virutas orientadas (OSB), tableros de virutas aglomerados y en última instancia tableros de densidad media (DM o MDF).

Imagen 2: Composición de los tableros de madera. En orden de izda a derecha: Maciza, alistonada, aglomerada, de viruta (OSB). | Fuentes: leroymesrlin.es, maderaspereiranaron.es, puertasdifema.es y maderasjustoherrero.com.

Las emisiones de formaldehído de los tableros se reducen a la mitad durante los primeros meses, por lo que es recomendable aumentar la ventilación de los espacios durante este periodo. Sin embargo, no es hasta pasados los 5 o 10 años que desaparecen en su totalidad.

Por suerte, existen alternativas para el encolado mediante el empleo de resinas sintéticas, presión y temperatura; que no producen emisiones tóxicas ni olores irritantes. Aunque tienen su parte negativa pues por ahora muchas de estas resinas proceden de derivados del petróleo.

Asegurarse de que la madera sea de producción local y que cuente con certificación reconocida por la EPA (Agencia de Protección Ambiental), y si es posible por la CARB 2 (California Air Rosources Board) que establece los estándares de emisión de formaldehído más estrictos, nos asegura de que nuestra elección se acerque a la opción mas sostenible y de mejor calidad para nuestro bienestar.

Si queréis saber más sobre el formaldehído, podéis consultar este documento del proyecto REDFOR: Investigación en nuevas tecnologías para la reducción de emisiones de formaldehído (poner enlace: http://intranet.aidimme.es/acceso_externo/difusion_proyectos/adjuntos_resultados/Resultados%20proyecto%20REDFOR.pdf )

Barnices y lasures

Otro importante factor para nuestra salud, es la capa protectora que aplicamos sobre la madera para evitar el ataque de agentes biológicos (como hongos, carcoma, polilla…) o los daños causados por factores ambientales (humedad, fuego…).

Imagen 3: Diseño de mobiliario en madera por Alvar Aalto. De izda a derecha: Pantalla laminada, Sillón Paimio, taburete. | Fuente: hablemosunpocodetodo.blogspot.com,

Los barnices de urea formol, como disolución en formaldehído, están ya en desuso por su elevada toxicidad; habiéndose extendido el empleo del poliuretano en base disolvente por su resistencia y fácil aplicación. Sin embargo, este último muestra mayores niveles de toxicidad que los de resinas acuosas o “barnices al agua”.

Existe otra alternativa: los lasures, que aportan protección tanto en exteriores como en interiores. Son denominados de poro abierto ya que, en vez de crear una película superficial protectora, penetran profundamente en la madera, permitiendo que el vapor de agua interior pueda salir fácilmente al exterior. Son tratamientos biocidas e hidrófugos por lo que evitan la putrefacción de la madera. Además, aportan un acabado muy natural que permite apreciar mejor el aspecto original, las vetas y el tacto de la madera.

Imagen 4: Barnices y lasures para madera. | Fuente: hogarmania.com y maderame.com

Una de las mayores ventajas es el fácil mantenimiento, ya que no necesitan renovarse frecuentemente como los barnices y no es necesario decapar, rascar o lijar.

Otras alternativas ecológicas de protección de la madera son los aceites o ceras.

Uno de los más antiguos es el aceite de linaza, formado con base de semillas de lino. Es de gran utilidad ante maderas expuestas a la intemperie, ya que las impermeabiliza y protege frente al agua de la lluvia y los insectos xilófagos. Se trata de un aceite secante, que se endurece químicamente con el aire absorbiendo oxígeno y autooxidándose, penetrando en el poro de la madera y nutriéndola en profundidad. Su peculiaridad es el aspecto final que aporta, en realce de veta y teñido de los tonos de las diferentes maderas.

También se pueden emplear ceras de origen vegetal, que nutren muebles y suelos de madera. Son más blandas que los aceites, por lo que se arañan y retiran con mayor facilidad.

La elección del material debe ser un factor a tener en cuenta en la fase de diseño de proyecto, ya que el uso al que está destinado, el lugar donde se sitúa o el aspecto final son determinantes a la hora de elegir especie y acabado.

La Vila Taguai

Imagen 5: Vila Taguai, por Cristina Xavier Arquitectura. | Fotografías: Joao Xavier y Daniel Ducci, Fuente: plataformaarquitectura.com

La Vila Taguai de Cristina Xavier Arquitetura, es un proyecto innovador de vivienda colectiva en Sao Paulo, que utilizó la madera de Camaru, cuya resina crea una protección natural que hace innecesaria la aplicación de otros productos de acabado.

Imagen 6: Vila Taguai, por Cristina Xavier Arquitectura. | Fotografías: ITA prototipo, Cristina Xavier, Fuente: plataformaarquitectura.com

Este proyecto empleó madera gestionada de forma sostenible en la región del Amazonas con una metodología de fácil implementación y bajo coste.

Como resultado, un sistema modular de prefabricación en taller, fácil almacenamiento y transporte que permite un rápido montaje sin necesidad de mano de obra cualificada. Un sistema de paneles adaptable a una variedad de escalas y condiciones locales diferentes, que reducen considerablemente la producción de residuos con un bajo impacto ambiental y permite un gran control presupuestario y una inversión mínima.

Imagen 7: La HuLoHaus de Celobert | Fuente: https://celobert.coop/es/projecte/hulohaus/

La HuLoHaus, la casa pasiva y ecológica de Celobert

En 1.982 la OMS identificó por primera vez el síndrome del edificio enfermo como causante de dolencias como la lipoatrofia semicircular, el asma, o ciertos problemas cardiovasculares en usuarios de oficinas. Actualmente este término se ha extendido a la vivienda, encontrándonos con casas con ventilación deficiente, con cargas iónicas, electromagnéticas, vapores químicos…

La HuLoHaus se proyectó con la premisa de ser una casa energéticamente eficiente, ecológica y saludable, siendo parte importante del encargo que la vivienda beneficiase a la salud de sus ocupantes.

Imagen 8: La HuLoHaus de Celobert. | Fuente: https://celobert.coop/es/projecte/hulohaus/

Para ello se diseñó con orientación sur y este. Consta de aperturas que aprovechan la radiación solar en invierno y controlada mediante voladizos y lamas en verano.

La estructura es de madera de abeto y aislamiento térmico está hecho a base de fibra de madera y lana de oveja, con acabado de mortero de cal, con lo que se consigue una vivienda plenamente transpirable al vapor de agua.

La ciudad del futuro, la Woven City proyectada por BIG

El uso de la madera en la construcción no solo aporta beneficios medioambientales o fisiológicos, sino que mejora nuestro bienestar aumentando la capacidad de atención y reduciendo el estrés.

Imagen 9: Woven City proyectada por el estudio Big para Toyota. | Fuente: www.big.dk

No es de extrañar por ello que el estudio BIG haya diseñado la Woven City para Toyoya, un prototipo de ciudad sostenible proyectada en madera. Este laboratorio urbano, apuesta por el uso de la tecnología para mejorar la calidad de vida, de tal manera que los vehículos, las personas y la naturaleza convivan en un ecosistema sostenible que utilice energías renovables y neutralice la emisión de carbono.

Sus viviendas, las Smart homes, han sido proyectadas para construirse con madera local empleando los sistemas constructivos de la carpintería tradicional japonesa junto con métodos avanzados de producción automatizados. Paneles fotovoltaicos en cubierta, robótica para ayudar en las tareas domésticas, filtración de aguas pluviales o sensores que verifican la salud de sus ocupantes son algunas de las incorporaciones de este prototipo.

La madera es un material sostenible, que presenta múltiples beneficios para nuestra salud y nuestro entorno cuyo uso puede ser la alternativa sostenible a la construcción del futuro.


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