DISEÑO CIRCULAR Y MADERA EN ARQUITECTURA, UNA ALIANZA CON FUTURO
En artículos anteriores hemos ido desgranando diferentes aspectos que hacen de la madera una gran aliada en el cambio de nuestro sector hacia la sostenibilidad. Entre otras cuestiones, hemos visto las cualidades intrínsecas que aporta como material, cómo la industria de la madera ayuda a la regeneración del capital natural y por qué construir con madera reduce el coste energético y ambiental del ciclo de vida del edificio.
En este nuevo artículo, continuamos profundizando en este apasionante mundo de la construcción con madera. Porque más allá de sus cualidades inherentes como material, hay otro grupo de cualidades que hacen que “pensar con madera” sea ventajoso en el contexto de la arquitectura sostenible y la economía circular. Y nos referimos aquí a aquellas cualidades que aporta la inteligencia con la que ha sido diseñado el producto de construcción, pero que no serían posibles si hubiera sido modelado sobre otro tipo de material.
1_Facilitar la integración de la biosfera en el ecosistema urbano
En “La madera en economía circular” veíamos esa hibridación entre tecnosfera y biosfera y de qué manera esta se integra dentro del ciclo de vida del producto.
Cuando damos unos cuantos pasos atrás para cambiar la perspectiva, vemos que estos productos cobran todo su sentido cuando se integran a su vez en una serie de sistemas ensamblados y articulados para conformar la arquitectura de un edificio. Y si ahora aplicamos esta lógica del ciclo de vida al conjunto, vemos que esta integración entre biosfera y tecnosfera también aparece al cambiar de escala.
Si favorecer una mayor proporción de materiales naturales frente a tecnológicos era positivo a escala de producto, no hay duda de que lo es a escala del edificio. Las ventajas son múltiples en sostenibilidad, economía circular y creación de entornos saludables. Pero para que este cambio de mentalidad se acabe materializando en nuestras ciudades, este criterio debe encontrarse de forma clara entre las prioridades del promotor y el proyectista.
2_Favorecer la arquitectura modular y prefabricada
Los sistemas constructivos basados en productos de madera favorecen la prefabricación en arquitectura, ya que se trata de elementos que vienen ya pre-construidos de fábrica listos para ser ensamblados en la obra. Esto tiene evidentes ventajas desde el punto de vista de la reducción de tiempos, riesgos y residuos en obra, pero no son estas las cualidades que venimos a destacar aquí.
Con frecuencia un edificio es demolido no por la obsolescencia de su estructura, envolvente o instalaciones, sino por cambios relacionados con el planeamiento urbanístico, o con su uso y explotación. Y en cierta medida, este problema se debe a las características de los sistemas constructivos dominantes, cuya rigidez hace que readaptarlo resulte muy complicado y/o requiera una inversión inicial mayor que partir de cero –aunque esta posición no suele valorar el punto de vista del coste ambiental, claro.
Como defiende el movimiento Open Building [I], una arquitectura ensamblable es a la vez una arquitectura con una mayor capacidad de adaptación a las cambiantes necesidades de uso, lo cual favorece la elongación de la vida útil del edificio. Se trata aquí de que desde la inteligencia del diseño programemos la arquitectura para alargar su vida útil todo lo posible. Reducir el coste de mantenimiento y alargar la vida útil están asociados a una mayor inversión en la calidad constructiva desde el inicio, ya que esta mayor inversión acaba traduciéndose en ahorro. El diseño circular se posiciona en lugar contrario a la obsolescencia programada que tristemente impera en el mercado actual.
Como vemos, los sistemas modulares abaratan el coste de mantenimiento de los edificios, ya que por definición se trata de una forma de concebir la construcción que integra su reparación y actualización.
3_Cerrar el ciclo: desmontaje y reutilización
Una vez el edificio ha llegado sí o sí al final de su vida útil, llegamos a la fase final que habitualmente se conoce como “demolición”, que viene seguida del supuesto R-eciclaje de sus materiales y la reintegración en nuevos productos, para así continuar la rueda del ciclo de vida.
Pero la realidad es que los sistemas constructivos predominantes hoy en día no favorecen este cierre y recomienzo del ciclo. La realidad es que en 2019 “la economía global es solo un 9% circular, lo que significa que solo el 9% de los 92.800 millones de toneladas de minerales, combustibles fósiles, metales y biomasa que entran en la economía anualmente se reutilizan.” Y que “casi la mitad de todos los materiales que se destinan a la economía se utilizan en el sector de la construcción”. [II]
La sustitución progresiva de materiales como el ladrillo, el hormigón o el acero por materiales naturales como la madera, y no de cualquier manera sino en forma de productos modulados y ensamblables, favorecerá la reutilización, reciclaje, y la reducción del coste económico y ambiental en el cierre del ciclo de vida de los edificios.
Citando a Pedro Garnica, presidente de ProPopulus [III] : “Podemos proporcionar sustitutos a los recursos no renovables. Piense en las bolsas de plástico, pueden ser reemplazadas por bolsas de papel, que es un producto de madera. El carbón puede ser reemplazado por biomasa de la madera y la lista de productos sostenibles que podrían reemplazar a los no sostenibles es larga”. “Es importante subrayar que la madera es un producto magnífico para la construcción de viviendas, pero ha sido reemplazada sistemáticamente por productos altamente contaminantes como el acero, cemento, ladrillo y otros”.
Más allá
Como hemos visto, más allá de los beneficios intrínsecos como material, están los beneficios que aportamos nosotros desde el diseño de producto o el proyecto de arquitectura. Cualidades que son consecuencia de su ensamblaje lógico en el sistema y del balance final entre biosfera y tecnosfera.
Por nuestra parte lo vemos muy claro: economía circular, construcción sostenible y madera están destinadas a ser unas grandes aliadas. El potencial es grande tanto en los diferentes productos derivados de madera que ofrece hoy el mercado, como en aquellos que están por llegar gracias al gran impulso que está viviendo hoy el sector maderero.
¿Compartes esta visión? ¿Te parece viable el cambio hacia el diseño y la economía circular? ¿Crees que se producirá una mayor presencia de la madera en nuestras ciudades? Te esperamos en los comentarios.
[I] El movimiento Open Building hoy en día es difundido mayormente por la Comisión W104 del CIB (Conseil International du Bâtiment) a través de sus congresos internacionales: http://open-building.org/ob/concepts.html
[II] Información del reciente Circularity Gap Report 2019 desarrollado desde Platform for Accelerating the Circular Economy (PACE), y descargable aquí: https://docs.wixstatic.com/ugd/ad6e59_ba1e4d16c64f44fa94fbd8708eae8e34.pdf
[III] Propopulus es un consorcio europeo que promueve el desarrollo de la bio-economía en el contexto de la industria del chopo: Propopulus.eu
Si te ha interesado este artículo quizás disfrutes también leyendo Arquitectura sostenible, mejor con maderay La madera en economía circular, ambos artículos de Bonsai Arquitectos.
Editores del post: Maderayconstruccion
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