CONSTRUIR CON MADERA. BREVE GUÍA DE SUPERVIVENCIA (VIII). SUSTITUCIÓN DE UN FORJADO DE MADERA.

Hoy, en la Guía de Supervivencia, os traemos un ejemplo muy sencillo de rehabilitación de una estructura de madera. En concreto vamos a enseñaros la reparación de un forjado.

Como suele ocurrir, las cosas empiezan con la llamada del cliente, en este caso un poco asustado porque “la casa se le está cayendo”.

Muchos os dirán que lo primero es ir a ver el problema in situ, pero nosotros no estamos de acuerdo. Lo primero es tranquilizar al cliente. Después, con los ánimos calmados, cámara de fotos, distanciómetro y un martillo contundente, nos dirigimos a la casa en cuestión.

SUSTITUCIÓN DE UN FORJADO DE MADERA.

Se trata de una vivienda en la sierra de Madrid (segunda residencia), de dos plantas y en la que nada mas entrar lo primero que apreciamos, efectivamente, es una flecha muy notable a simple vista en el forjado de planta primera.

Imagen 1: Suelo hundido y tabique en “voladizo” con arco de descarga incluido.
Imagen 2: Apertura de revisión de estructura | Fuente: Enrique Parra

A simple vista vemos también dos órdenes de estructura (Vigas principales y secundarias), mientras que las viguetas del forjado están ocultas por un falso techo.

PRIMERAS CATAS

Como llevamos un martillo contundente la primera tentación es ponernos a romperlo para descubrir esas viguetas, pero queremos mantener al cliente tranquilo el mayor tiempo posible, así que continuamos observando detenidamente a nuestro alrededor.

Rápidamente vemos otros efectos derivados del descenso del forjado, como grietas en falsos techos y en tabiques. En el piso de arriba, como era de esperar, los tabiques presentan grietas en el arco de descarga tras ceder el suelo.

Seguimos mirando. No encontramos ningún daño en fachada o en muros de carga.

Por favor, ¿podemos sacamos ya el martillo?

ANÁLISIS DE CONTEXTO

No. Vamos a fijarnos bien en la madera que tenemos a la vista. Las vigas principales son de gran escuadria, pintadas en una pintura de color muy oscuro y a simple vista no presentan flecha ni presencia de xilofagos. Sin embargo, cuando miramos de cerca, vemos que las vigas de segundo orden en realidad están chapadas. Muy disimulada por la pintura pero acabamos viendo la junta entre las tablas que chapan la madera.

Preguntamos un poco más al dueño por la casa. Era de sus padres, se construyó a finales de los años 40 y sabe que en los años 80 cambiaron la cubierta por una “de cemento”.

-Sabe por que cambiaron la cubierta?

-Porque se estaba cayendo.

Sabiendo que la casa es de los años 40 cabe esperar encontrar materiales modestos. El chapado de las vigas indica que probablemente lo que pensábamos que era una viga de gran escuadría sea una viga sin escuadrar y nos apostamos algo a que las viguetas no son sino rollizos. Y seguro que de chopo más que de pino.

Por otro lado es posible que presenten carcoma, ya que hubo que cambiar la cubierta (más expuesta a la humedad) en los años 80 y la decisión de hacerla de viguetas pretensadas muchas veces se debe al miedo a que se repita un problema de xilofagos.

Rollizos. Carcoma. Te lo digo yo.

El martillo nos quema ya en la mano…

Al placer de romper el falso techo le sigue el descubrimiento de unos rollizos extremadamente delgados (10cm de diámetro!) y con una separación considerable (inter-eje 90cm). De pino. No se puede acertar en todo.

SEGUNDAS PATOLOGÍAS

En algunos rollizos se ven agujeros de carcoma, aparentemente inactiva.

En cuanto a las vigas principales, al quitar el chapado, vemos unas vigas de pino de Valsaín semi escuadradas en aparente buen estado. En esta primera visita no es posible pero más adelante haremos unas calas cerca del apoyo para comprobar que la madera de estas vigas está sana.

Imagen 3: Vigas vistas de primer orden | Fuente: Enrique Parra

Tenemos claro que hay que sustituir los rollizos y si las vigas principales están en buen estado las podremos mantener.

PROPUESTA DE SOLUCIÓN: NUEVO FORJADO DE MADERA

Ahora viene la parte más difícil. Convencer al cliente de que rehabilite la estructura con madera y no con viguetas pretensadas. Como argumento principal que podemos exponer será el del mayor peso que supondría para la estructura existente el introducir un forjado de este tipo. Por otro lado, podemos tranquilizar a nuestro cliente respecto del miedo a que vuelva a aparecer carcoma explicando que, dado que el problema de carcoma está inactivo, esto significa que hace tiempo que el contenido de humedad de esas vigas no es suficiente como para que aparezcan xilofagos y si esto se mantiene asi, no tienen porque aparecer en un futuro.

Con motivos razonados y un poco de buena suerte conseguimos que el cliente nos haga caso y procedemos a plantear la solución definitiva.

PROCESO DE SUSTITUCIÓN DEL FORJADO DE MADERA

En primer lugar llevamos a cabo las pruebas que nos faltan y comprobamos que las vigas principales están sanas. En segundo lugar decidimos sustituir la totalidad de los rollizos por viguetas de madera laminada de dimensiones y separación adecuadas.

Imagen 4: Apertura para estudio de vigas de primer orden | Fuente: Enrique Parra

En este punto nos encontramos con un «problemilla» de altura, ya que los rollizos de 10cm tienen un canto tan pequeño que nuestras nuevas viguetas harán subir la altura del piso primero. Para que esto no ocurra decidimos recurrir a “colgar” las viguetas de la estructura secundaria mediante un sistema de anclajes atornillados.

Imagen 6: Esquemas de unión de estructura de proyecto | Fuente: Enrique Parra

Con todo esto resuelto, los operarios por fin pudieron ponerse a trabajar e ir resolviendo los imprevistos propios de cualquier obra de rehabilitación. Terminada la demolición, nos cercioramos de que efectivamente las vigas del primer orden están en buenas condiciones para mantenerlas y que efectivamente del resto no se puede aprovechar nada. Además, comprobamos que, como todo apuntaba, el peso del forjado y el suelo anterior era muy superior a la solución de proyecto.


Imagen 6: Huella del forjado tras la demolición. Imagen 7: Sección de rollizo afectado por xilófagos |Fuente: Enrique Parra

Una vez tomadas todas las medidas de seguridad, y con el material ya en la obra, procedimos a cortar y ensamblar la estructura, para posteriormente colocar el entablado y poder «fundir» la capa de compresión, comprobando una vez más los niveles para no producir cambios de nivel en la planta a posteriori.

Imagen 8. Colocación de vigas de madera GL24h. | Fuente: Enrique Parra

Pasados este punto, el resto de la obra se reducía a una cuestión casi de reforma interior. Sustituir parte de la instalación eléctrica, conectar radiadores, y por último colocar los materiales de acabado.

Imagen 9: Preparando el tablero y el mallazo para la capa de compresión. |Fuente: Enrique Parra

Como veis, para nosotros ha sido una experiencia estupenda poder alargar la vida útil de una vivienda de marcado carácter familiar a la vez que nos permitía trabajar con unos materiales fantásticos y unos trabajadores expertos en estos sistemas constructivos. Esperamos que os haya resultado interesante este post y os esperamos en el próximo.

Hasta la próxima!


Si te ha gustado este artículo, no te pierdas los anteriores de la serie:

CONSTRUIR CON MADERA. BREVE GUÍA DE SUPERVIVENCIA (VII)


Enrique Parra y Antonio Olivera

Enrique Parra y Antonio Olivera

Enrique Parra (Murcia 1986), es arquitecto y arquitecto técnico por la UCAM y docente en el Área de Construcción en la URJC. Antonio Olivera (Madrid, 1986), es arquitecto y máster en conservación y restauración del patrimonio por la ETSAM.

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