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CENTRO AGRÍCOLA St. GALLEN EN SALEZ.

Frontera con Liechtenstein, en el valle del río Rin, se localiza el pequeño pueblo de Salez, en el cantón suizo de San Gall. Esta zona se caracteriza por un paisaje poco poblado, rodeado de campos y de las cordilleras circundantes de los Alpes, en el que se alternan granjas individuales y pueblos dispersos. En la periferia del pueblo se encuentra un conjunto de edificios, uno de ellos de madera: el Centro Agrícola de St. Gallen.

Centro Agrícola St. Gallen. Fuente: Architekturfotografie Seraina Wirz

Al norte se ubica el edificio existente de la fábrica, al oeste el administrativo, y al sur el nuevo centro agrícola, el cual con su planta en forma de L encierra un amplio patio. Esta área exterior, acotada por los diferentes volúmenes de edificación, se destina para los jardines de plantas y variedades que se utilizan para su formación y estudio en el centro.

El proyecto, finalizado en 2019, fue premiado con el Silver Prixlignum National. Diseñado por Andy Senn Architects, en colaboración con Merz Kley Partner, Abderhaldem Holzabau AG y Blumer Lehmann.

Cambio estructural.

Desde el estudio de arquitectura trabajaban con este término, porque este cambio no solo se relacionaba con la agricultura en sí, sino también con la estructura del lugar.

El centro alberga tanto aulas para la formación profesional como un centro de seminarios con alojamiento para los invitados. Las funciones individuales de estos dos usos se encuentran separadas verticalmente en tres plantas, lo que da como resultado tres secciones claramente delimitadas. De oeste a este se encuentran las habitaciones, las salas de clases y la sección administrativa.

Entorno de St. Gallen. Fuente: Architekturfotografie Seraina Wirz

El proyecto de St. Gallen se caracteriza por su estrecha relación con la naturaleza. Esta construcción puede hacer frente a los cambios del clima, conoce el calor del verano, así como los inviernos fríos y oscuros. 

La cultura rural en particular está llena de ejemplos y tipologías que supieron lidiar con la energía limitada de manera extremadamente eficiente. El mundo profesional ha seguido este camino durante las últimas décadas, encontrando el siguiente vocablo “baja tecnología”.

Baja tecnología.

Esta expresión atiende principalmente a responder cuidadosamente de las condiciones del sitio, encontrado una solución a medida para los requisitos específicos. Este movimiento entiende que no se puede diseñar el proyecto aislado a las condiciones del lugar, siendo la arquitectura un factor decisivo en el uso económico de la energía.

Esto lleva implícito que todo el equipo tuvo que lidiar con los requerimientos específicos de la construcción sin caer en el automatismo. Un equilibrio entre el aporte de calor del sol, el uso y las propiedades del material. Los técnicos del proyecto probaron y calcularon los métodos de construcción más variados. Estudiaron diferentes construcciones existentes, no solo en cuanto a su comportamiento térmico, sino también en relación con sus costes y gastos de mantenimiento.

Comprendían que un edificio de baja tecnología debía elaborarse desde una amplia variedad de puntos de vista y fusionarse en una construcción coherente. 

Interior del centro agrícola. Construcción con madera. Fuente: Architekturfotografie Seraina Wirz

Finalmente, se optó por un sistema constructivo mixto. Estructura de madera, cimentación de hormigón y techos híbridos madera-hormigón in situ. La madera ofrece una producción en serie y un montaje rápido mientras que el hormigón proporciona la masa necesaria para el almacenamiento de calor, así como la insonorización y la protección contra incendios.

Un edificio de baja tecnología nunca fue un fin en sí mismo. El objetivo principal era diseñar una construcción duradera, cuyos costes siguan siendo moderados durante toda la vida útil. Este propósito lo consiguieron separando la estructura de las instalaciones. La tecnología y la estructura se pueden renovar o reemplazar de acuerdo con su propio ciclo de vida.

Ritmo constructivo.

La estructura portante de madera de St. Gallen está basada en una cuadrícula uniforme de 2,14 m de distancia entre pilares, de acuerdo con el diseño de la fachada.

Los usos se organizan en múltiplos de esta cuadrícula: las salas de grupos, de preparación y de auxiliares tienen dos ejes de ancho, al igual que los dormitorios. Las aulas y las salas comunes siguen una cuadrícula de cuatro unidades. Sin embargo, la distribución presenta alguna desviación en la ordenación según el ritmo estructural, liberando al centro del formalismo y de la rigidez que ocasionalmente tienen las estructuras de madera y cuya gran fuerza es su eficacia.

Ritmo estructural de madera. Fuente: Architekturfotografie Seraina Wirz

El ala de tres plantas está construida con elementos prefabricados. Se necesitaban vanos más pequeños, por lo que se utilizaron paneles prefabricados de CLT. Los techos también son de madera-hormigón, pero con elementos planos en lugar de las vigas.

Con una generosa altura entre forjados de 4,40 metros, las vigas de la retícula se extienden a lo largo de 8,50 m. Las arcadas perimetrales están suspendidas de la marquesina, prácticamente expuestas a la intemperie y, por tanto, se eligió madera de roble para este uso. Todas las demás partes de la estructura de soporte se realizaron con madera de abeto, de proximidad, de los bosques del cantón de San Gall.

Las vigas de madera laminada de roble, son VIGAM, de la empresa alavesa GAMIZ, las únicas en el mundo que cuentan con Marcado CE estructural.

Fachada exterior de madera de roble. Fuente: Architekturfotografie Seraina Wirz

¿Cómo funciona?

St.Gallen se calienta con un sistema de astillas de madera, utilizando producto de la región. En el tejado del nuevo edificio se ha instalado un sistema fotovoltaico que cubre aproximadamente el 60% de su demanda eléctrica. Además, con unas buenas condiciones de luz natural dentro del edificio, materiales poco contaminantes y un buen aislamiento acústico se garantiza un clima interior saludable.

Se decidió conscientemente renunciar a la automatización del edificio, los sistemas de ventilación o el aire acondicionado para ahorrar energía y costes de mantenimiento. Se utilizó como modelo el principio de ventilación de los antiguos establos. Los pozos de ventilación se utilizaron para la ventilación cruzada de la planta baja; las aulas tienen dos pozos cada una. También se garantiza el mantenimiento del aire fresco en las habitaciones, durante más tiempo, debido a la gran altura existente entre forjados de este proyecto.

Referencias bibliográficas.

https://www.sg.ch/umwelt-natur/landwirtschaft/lzsg.html

https://www.baunetzwissen.de/holz/objekte/kultur-bildung/landwirtschaftliches-zentrum-st-gallen-in-salez-7305470

Senn, A. (2019). Landwirtschaftliches Zentrum St. Gallen in Salez. 25 Internationales Holzbau-Forum /HF 2019, 19-30.


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