CASA LA VERA #Arquitecturademadera
Arquitectura: SelgasCano
Fotografía: Iwan Ban
Desde: Interior Design
“Siempre tratamos de trabajar con lo que encontramos”, responde Selgas, enumerando una lista de proyectos en los que la pareja utilizó elementos existentes. En el caso de la casa de fin de semana, en la provincia de Cáceres, a unas pocas horas al oeste de Madrid, esos elementos incluían tres edificios agrícolas —un par de gallineros y un pequeño establo para cabras y burros— agrupados muy de cerca alrededor de una cabaña rudimentaria de dos pisos. La cabaña no tenía una fuente de calor, ni una chimenea ni siquiera una chimenea. Cuando los dueños anteriores encendían un fuego para calentarse, lo hacían en una piedra en el medio del piso de la cocina, lo que eventualmente ennegrecía la madera de arriba.
Durante la renovación de cuatro años, Selgas y Cano instalaron una chimenea y estufas, pero por lo demás cambiaron lo menos que pudieron. Una de sus principales intervenciones consistió en bajar los pisos, excavar y levantar los techos para obtener un poco más de espacio libre. “No podemos entrar como gallinas”, dice el Selgas de 6 pies y 4 pulgadas. Pero cuando los contratistas locales pensaron que los techos deberían tener 8 pies o más, objetó. Un poco menos de 7 pies fue suficiente, para que no se destruyera el carácter de los edificios. «La escala existente era realmente agradable».
Aún así, donde se levantaron los techos, sobre la parte superior de las paredes existentes, en la cabaña y el establo, había huecos que la pareja llenó con láminas de acrílico, dando a las estructuras una nueva ligereza. También cincelaron agujeros en algunas de las paredes de mampostería, “para traer más luz solar”, dice Cano. El acrílico se cortó en paneles que encajaban en esas aberturas de forma irregular. En el interior, mientras que gran parte de la carpintería y la mampostería se dejaron en su estado natural, algunas secciones se pintaron de blanco para que la luz rebotara.
Agregaron habitaciones dentro de la huella existente, en su mayoría utilizando materiales rescatados, incluida parte de la madera ennegrecida del techo original del primer piso de la cabaña. “Es parte de la historia de la casa”, señala Cano. Gran parte del trabajo de diseño fue extemporáneo. Los contratistas, por hábiles que fueran, no se sentían cómodos trabajando según los planos. “Por lo general, íbamos allí con ellos y decíamos: ‘Pongamos una pared de esta altura’ e ‘Vamos a instalar un armario allí’, y luego elegíamos la madera”, explica Selgas. Él y Cano supervisaron la construcción juntos. Y lo hicieron con compasión. La casa, dice Cano, “no estaba destinada a tener nada perfecto”.
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Editores del post: Maderayconstruccion
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