4 FALSOS MITOS SOBRE LA CONSTRUCCIÓN EN MADERA.

“¿Construir en madera?¡Ni loco!¡Se quemará!¡No aguantará!¡Carece de resistencia!¡Se pudrirá!”

La madera es uno de los materiales más antiguo, y vivo, que se ha utilizado a lo largo de la historia de la arquitectura para diferentes funciones (desde cimentaciones hasta cubiertas pasando por los cerramientos) y con distintas técnicas atendiendo a las tradiciones y herramientas de los territorios en los que se empleaba.

Desde la inclusión de nuevos materiales (como hormigón y acero), la construcción en madera perdió peso y su uso se fue relegando paulatinamente. Este desuso unido a cierto menosprecio, dio pie a la extensión de falsos mitos sobre la construcción en madera, donde quizás los cuatro más relevantes son: la madera arde, falta de durabilidad y resistencia, además su uso y explotación provoca la deforestación del planeta.

1. La madera arde.

Uno de los grandes mitos, o quizás el principal tabú sobre la construcción en madera, es que arde muy fácilmente. Sí, es un material combustible pero no sufre igual que el acero (se dilata y retuerce rápidamente) o el hormigón armado (se resquebraja con el calor y más cuando se enfría rápidamente).

De forma general la madera se comparta de forma estable pero dependiendo de las siguientes características tales como especie, densidad, escuadría – superficie -forma de las piezas, contenido de humedad, higroscopicidad, densidad, dureza, conductivad térmica y propiedades mecánicas su reacción al fuego varia, y por tanto son factores a tener en cuenta durante la elección de la madera ya que influyen en la combustión.

Por la general, la madera para que comience su combustión requiere de unas condicionales tales como una temperatura en superficie superior 270-300ºC (con llama) y/o 400ºC (sin llama) durante al menos un periodo corto de tiempo.

Aunque son temperaturas bajas para un incendio, se trata de un material igualmente seguro porque sus propias características intrínsecas:

– la baja conductividad térmica hace que la temperatura exterior no llegue rápidamente al interior,

– la carbonatación superficial, con una conductividad térmica inferior, aumente el efecto anterior, además de impedir la emisión de los gases y frenar la combustión. Este proceso puede llegar a aumentar hasta 6 veces su capacidad de aislamiento, lo que permite mantener las propiedades físicas y mecánicas. Estas capacidades se ven reducidas a medida que la pieza pierde sección.

– la dilatación térmica es despreciable, por lo que no se generan esfuerzos y la estructura se mantiene estable.

Pero debemos tener presente y recordar que la madera, al igual que cualquier otro material de construcción, está sometida a una normativa y reglamentación de protección contra el fuego, de cada país, y que debe ser cumplida obligatoriamente. Es más, a diferencia de otros materiales de construcción, la madera es el único material que se autoprotege del fuego, como hemos visto anteriormente, y además es susceptible de aplicársele tratamientos contra el fuego.

“La resistencia al fuego de un elemento constructivo se mide como el tiempo durante el que es capaz de seguir cumpliendo su función (resistencia, estanqueidad, aislamiento) en una situación de incendio.”

2. La durabilidad.

La durabilidad de la madera es la resistencia de posee esta sin tratamiento externo frente a los ataques agresivos de agentes degradadores. Esta característica depende de la especie, porque cada clase tiene una durabilidad natural en función del contenido de resinas, taninos, aceites, exposición y cantidad de duramen y albura) y el medio (en interior, sumergida en agua, enterrada, alternancia a humedad-sequedad…) en el que se encuentre.

Aunque el mejor tratamiento es un buen diseño constructivo y una elección adecuada de la especie al uso, en función del requerimiento de durabilidad debe hacer frente a la exposición de agentes que la degradan, que se categorizan en dos tipos, agentes bióticos (al tratarse de un material de origen orgánica es la base alimentaria de otros organismos vivos como hongos e insectos) y agentes abióticos (acciones mecánicas o químicas aunque principalmente los más preocupantes son la madera por radiación ultravioleta solar y los agentes atmosféricos).

Aunque gran parte de las especies pese a estar sometidas a las peores situaciones (la madera resisten muy bien en ambientes agresivos tales como los salinos o ácido), mantienen sus propiedades fundamentales más de 50 años, gracias a un buen diseño constructivo (tales como mantener una ventilación adecuada, evitando así las condensaciones y los aportes accidentales de humedad debidos a filtraciones, goteras etc.) como la elección de la especie haya sido idónea y se haya realizado el tratamiento adecuado.

3. La resistencia.

La madera es un material ortótropo y como tal se diferencian tres direcciones principales (longitudinal, radial y tangencial) y por tanto es obligado tener en cuenta que las diferentes propiedades mecánicas en al menos dos direcciones, la paralela y la perpendicular a la fibra serían las más destacadas. Este comportamiento es el que diferencia a la madera de otros materiales como acero o hormigón.

Por tanto a la hora de escoger la madera estructural deberemos conocer la densidad, la resistencia a flexión y el módulo de elasticidad, si bien estos valores son más elevados en la dirección de la fibra que perpendicular a esta. Como he visto en los anteriores puntos, estas características varían según la elección de la especie, contenido de humedad, clasificación estructural, clase resistencia, durabilidad y resistencia a fuego, por lo que la elección adecuada de madera se antoja importante. Si bien estos valores estructurales se encuentran tasados en las diferentes tablas y normativas vigentes.

Otro factor relevante es su ligereza estructural, ya que en comparación con otros material, su proporción con su peso tiene una muy elevada resistencia a la flexión, siendo su relación resistencia/peso es 1,3 veces superior a la del acero y 10 veces a la del hormigón.

Pero al igual otros materiales debe cumplir con la normativas vigentes y soportar las cargas correspondientes derivados de los cálculos estructurales. Esto significa que debe cumplir la exigencias resistentes al igual que cualquier otro material estructural.

4. Sosteniblidad.

La madera es un recurso natural y renovable y como tal es una materia prima regenerativa, abundante y que su aprovechamiento no daña el medio ambiente pero que debe administrarse sabiamente. Se trata de un producto de desarrollo sostenido porque gracias a sus propiedades se puede aprovechar todo para elaborar distintos derivados.

La gestión ordenada de los bosques o masas arbóreas mediante planes mantiene una producción constante y proporciona una explotación, conservación y renovación adecuada de los recursos y la disponibilidad de materia prima, manteniendo el equilibrio ecológico y la demanda.

Además:

“Además, hay que tener en cuenta que los productos derivados de la madera permiten un considerable ahorro de energía en su fabricación, transporte y puesta en obra, que es aproximadamente 15 veces superior que usando hormigón y 400 veces que con acero (5). Si consideramos que el 30% de las emisiones globales de CO2 y el 40% del consumo global de recursos se debe al sector de la construcción, comprendemos la inmensa importancia del uso de madera en sustitución de otros materiales de construcción“.2

En relación con la arquitectura en madera, ¿dónde está el límite de la madera como material principal en la construcción?

Pues dependiendo de a quién preguntemos obtendremos una postura enfrentada, qué raro… Lo cierto que aunque se siga desconfiando de ella, y la relegará a un papel secundario, prácticamente decorativo, su uso, como ya podemos observar a poco que revisemos un arquitectura cercana, es que la madera vuelve a tener un importante papel en la construcción, ya sea a la hora de restaurar o rehabilitar, o incluso, en proyectos de nueva planta y no solo de pequeña si no en edificios en altura de dimensiones importantes.3

La madera ha vuelto, si es que alguna vez se fue…

Notas:

1 Los edificios de madera más altos del mundo… Y los que les superarán.

2 Arquitectura sostenible, mejor con madera.

3 El edificio en madera más alto del mundo. La torre Mjøsa por Voll Arkitekter.

Todas las imagenes de este articulo están libres de derechos ( https://pxhere.com/)

Bibliografía:

– VV.AA. Tectónica 11: Madera (I). ATC Ediciones. Madrid, 2000.

– VV.AA. Tectónica 13: Madera (II). ATC Ediciones. Madrid, 2001

Alberto Alonso

Alberto Alonso

Arquitecto autónomo editor en veredes, arquitectura y divulgación. Embajador y corresponsal de la Fundación Arquia.

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