URBANISMO TÁCTICO Y MADERA, UNA RELACIÓN FRUCTÍFERA
Estrategia y táctica
(…)
mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos
(…)
mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites.
Mario Benedetti. Táctica y estrategia
Frente al camino directo del proyecto urbano definitivo, lento y de grandes presupuestos, cada vez más actores de la ciudad se plantean la utilización de lo que se ha dado en llamar el urbanismo táctico, o en su versión reivindicativa, urbanismo de guerrilla.
En 2009 el profesor de estética y teoría del arte Jordi Claramonte apuntaba en uno de sus escritos inéditos, Estrategia, táctica y operacionalidad de la autonomía, una descripción muy precisa de lo que estamos manejando conceptualmente cuando hablamos de urbanismo táctico (http://jordiclaramonte.blogspot.com/2009/09/estrategia-tactica-y-operacionalidad-de.html).
Etimológicamente la noción de estrategia (…) alude al tipo de conocimiento que tiene como fin distribuir y organizar un conjunto general de fuerzas y recursos con vistas al logro de objetivos previamente marcados y relativamente distantes.
Por el contrario, la palabra “táctica” derivada también del griego “taktos” remite a un conocimiento de proximidad, un conocimiento práctico necesario para lidiar con los aspectos inmediatos de las situaciones en las que el estratega hace operar las fuerzas y recursos que administra.
Estrategia y táctica han aludido por tanto, históricamente, a dos aspectos opuestos y a la vez complementarios de toda organización: la planificación general y su desempeño inmediato, los grandes principios rectores y los saberes concretos y prácticos.
Urbanismo táctico (reivindicativo – institucional)
En este sentido, más allá de la proliferación de casos en los que el empleo de materiales asequibles, sistemas reversibles y la colaboración de los agentes próximos se utilizan de forma propagandística y desligada de unos objetivos a largo plazo, podemos encontrar ejemplos muy valiosos tanto en el ámbito de lo reivindicativo como a nivel institucional. Es decir, casos en los que la ciudadanía organizada toma la iniciativa a la hora de señalar problemas urbanos y exigir modos de transformación, como otros en los que desde la Administración se utiliza este método como parte de los procesos de regeneración que emprende.
Los ejemplos reivindicativos más emblemáticos en España quizá hayan sido el Campo de la Cebada (2009) en Madrid (https://www.huffingtonpost.es/2015/03/29/campo-de-cebada_n_6790650.html) y Can Batlló (2011) (https://www.canbatllo.org/ ) en Barcelona. El primero fue un espacio hecho por y para los vecinos tras la demolición de una piscina pública que hubiera dejado un solar vacío durante años si no llega a ser por esta iniciativa que lo transformó en un espacio lleno de vida, cultura, deporte y aprendizaje que ha sembrado un fértil sentimiento de ciudadanía. A día de hoy el proyecto de construcción de la nueva piscina ya está en marcha pero frente a los planes originales, el Ayuntamiento ha recogido el espíritu del Campo de la Cebada y ha dispuesto que el nuevo equipamiento cuente con un espacio público en el que perviva el espíritu vecinal.
El segundo ejemplo, situado en Barcelona se activó en 2011 cuando los vecinos del barrio entraron en el recinto industrial de Can Batlló y ocuparon uno de los edificios vacíos, el bloque Once. Aquí la reivindicación se centraba por un lado en denunciar la falta de equipamientos públicos del barrio y por otro en que la futura construcción de los mismos, prevista en los terrenos del recinto, no supusiera arrasar con la memoria histórica y social del entorno. En este caso las métodos de construcción rápidos, apoyados en la economía de medios y en la cooperación entre vecinos han sido empleados para hacer realidad entre otros una biblioteca popular, un bar, varias salas polivalentes y un pequeño auditorio.
Por otro lado, en el ámbito de la transformación urbana desarrollada por las entidades públicas que incluyen en los procesos de regeneración, fases de testeo previas a la ejecución de los proyectos definitivos, es imprescindible conocer el caso de Nueva York. Aquí la ciudad utilizó el urbanismo económico, ligero y reversible como herramienta dentro de la ambiciosa estrategia de peatonalización e introducción del uso de la bicicleta en la ciudad.
(https://www.ted.com/talks/janette_sadik_khan_new_york_s_streets_not_so_mean_any_more?language=es ).
En España uno de los ejemplos más recientes ha sido la implantación de las súpermanzanas en Barcelona. En este caso el Ayuntamiento de la ciudad, persiguiendo la idea de que la calle no es solo una infraestructura para la movilidad sino que también es un lugar para la interacción social y la vida cotidiana de todas las personas, está desarrollando un complejo programa de implantación de las distintas fórmulas que tienen cabida en la consecución de este objetivo. Para ello la metodología del testeo con elementos reversibles se convierte en un poderoso instrumento que facilita la participación vecinal además de garantizar que cuando llegue el momento de realizar las grandes inversiones, la solución adoptada habrá sido ya validada.
La madera como aliada
Tanto en un caso como en el otro, cuando la ciudadanía organizada actúa para evidenciar la inacción de las Administraciones o denunciar rumbos indeseados, como cuando es la propia Administración la que es consciente de que el camino directo no es siempre el mejor; la construcción de columpios, graderíos, mesas, bancos o maceteros de madera se convierte en una forma altamente eficaz de aglutinar no solo la resolución eficaz y económica de una función efímera sino también todo un entramado de afectos construidos a base de cooperación, transmisión de conocimientos y, en muchas ocasiones, del valor ético del objeto reciclado.
Editores del post: Maderayconstruccion
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Blancafort – Reus
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