LA MADERA EN ECONOMÍA CIRCULAR
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En “Arquitectura sostenible, mejor con madera”, ofrecimos unas pinceladas sobre los beneficios de la construcción con madera desde el punto de vista ecológico. Por un lado, citábamos cualidades relacionadas con la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. Por otro, las vinculadas a la necesaria ampliación de los sumideros de carbono. El objetivo aquí era comprender cómo el conjunto de estas dos acciones apuntan en una única dirección: la protección del clima en nuestro planeta.
Con este artículo, os invitamos a reflexionar con nosotros sobre otro aspecto esencial que hace de la madera una interesante aliada en este gran reto que es el cambio del sector de la construcción hacia la sostenibilidad: la reducción y progresiva eliminación de los residuos de construcción y demolición. Se trata en definitiva de la implementación de los criterios de economía circular en la manera de construir y reconstruir la arquitectura de ciudades.
La edificación en la UE es responsable actualmente del 40% de consumo de energía [I] y del 56% de la contaminación de nuestras ciudades [II] -que son los datos que con más frecuencia se manejan en los medios, y que por tanto parecen preocupar más.
Pero no olvidemos que desde el sector de la construcción generamos el 50% de materiales extraídos, el 30% del consumo de agua y el 35% de residuos. Y por si fuera poco, el 54% de los materiales de demolición los enviamos al vertedero en lugar de reutilizarlos.[III]
Estos datos escalofriantes sólo son algunos de los que han dado pie a que en los últimos tres años hayan comenzado a desarrollarse y aplicarse las políticas en materia de economía circular en Europa [IV] generando un profundo debate desde espacios de reflexión como la Asociación ASA, GBC España o CONAMA. Los exponemos aquí porque nos ayudan a hacernos una idea de la magnitud que ha llegado a alcanzar este problema, que al fin y al cabo no deja de ser una visión parcial del volumen total del monstruoso cementerio de residuos que hemos creado, cuya voracidad parece no tener límites. Conseguir el decrecimiento de ese monstruo es esencial para la sostenibilidad de nuestro planeta, porque ¿con qué lo estamos alimentando día a día? Nada menos que con lo más valioso que tenemos: nuestro capital natural.
Del capital natural al pensamiento cíclico
Uno de los principios fundamentales de la economía circular [V] es el de capital natural, que hace referencia al conjunto de recursos naturales de los que disponemos actualmente, traducidos en términos del valor que representan para las personas – por el uso que hacemos o potencialmente podemos hacer para la continuidad de nuestra especie.
Como sistema cerrado, los recursos que la Tierra pone a nuestra disposición son finitos, y por tanto nuestro capital natural también lo es. Pero que sea finito en cantidad no implica que lo sea en uso, y aquí está la clave del cambio del pensamiento lineal al pensamiento cíclico.
En el momento en que el concepto de “residuo” desaparece [VI], todo adquiere un nuevo sentido. Los productos que llegan a nosotros y por tanto los materiales de los que están compuestos dejan de ser percibidos como una propiedad permanente. Solo hacemos uso de ellos de manera temporal, y una vez dejan de ser necesarios para nosotros simplemente permitimos que continúen su ciclo siendo reutilizados o reciclados. Igualmente deja de tener sentido la necesidad de “acumular” o retener algo que no nos está aportando valor, o de “invisibilizar” [VII] todo lo que desechamos o acumulamos en trasteros o basureros. De ahí que “reducir” sea algo intrínseco en esta forma de pensar.
La naturaleza en su sabiduría nos muestra el camino para que ese capital natural finito pueda convertirse en una fuente infinita de recursos para todos: sólo tenemos que aprender sus enseñanzas emulando los procesos de generación, uso, reuso y regeneración continuas, en los que cada miligramo de materia tiene un valor esencial y necesario.
Biosfera y tecnosfera
Dentro de la llamada filosofía cradle to cradle o c2c (de la cuna a la cuna), se definen dos sistemas o flujos bien diferenciados de nutrientes que hacen posible la existencia de nuestra civilización: la biosfera y la tecnosfera.
La biosfera es el metabolismo biológico, es decir, el conjunto de sistemas que funcionan solos o con poca ayuda por nuestra parte, porque son procesos que siguen la lógica de la descomposición en la naturaleza y por tanto ya son cíclicos per se. Un huerto llevado según la forma de hacer de la permacultura es metabolismo biológico, por ejemplo -y sobre todo lo será si sus productos llegan a los puntos de consumo sin necesidad de ser envueltos en mil plásticos.
Por otro lado, la tecnosfera o metabolismo tecnológico engloba todos los ciclos de la industria, que aunque en origen partan de la recolección de materiales naturales, en su proceso se encuentran tan transformados que al final de su ciclo de vida no pueden ser reasimilados por la biosfera. Por tanto la única vía para cerrar sus ciclos de vida es ser reutilizados y reciclados a través de nuevos procesos de producción.[VIII] De esta manera, la tecnosfera debiera realimentarse a si misma reduciendo en el camino el expolio del capital natural y produciendo un ahorro económico de tal magnitud que aún hoy en día no hemos sido capaces de cuantificar. [IX]
Hay productos que son 100% biosfera, como una viga de madera aserrada de chopo. Hay productos que son 100% tecnosfera, como una perfilería de aluminio. Pero la mayoría de los productos presentan cierto grado de hibridación entre ambos mundos. Y aquí aparece el debate sobre cuál es el equilibrio deseable entre biosfera y tecnosfera, ya que un desarrollo mayor de la primera tendría como consecuencia la recuperación y consolidación del capital natural. Teniendo en cuenta que la contaminación ambiental está claramente asociada a la segunda, estaría muy relacionado con la disminución de la polución en el planeta y con la creación de entornos más saludables. [X]
La madera: capital natural y biosfera
En definitiva, nos dirigimos hacia una mayor discriminación entre materiales naturales -orgánicos e inorgánicos- y no naturales. Y aquí, ¿dónde se sitúan los productos derivados de la madera?
Un bosque certificado, cultivado con la finalidad de ser explotado en la industria maderera, ¿es biosfera o tecnosfera? La respuesta es clara.
Un material de construcción fabricado con madera, ¿es biosfera o tecnosfera? Como vemos, esto dependerá del grado de tecnificación del producto, del porcentaje de madera en relación al resto de materiales, de que sea posible separarlos sin contaminar la parte de madera, de la toxicidad de los aglomerantes, sellantes…
Como vemos, la madera en construcción no sólo puede ser un producto sostenible por sus cualidades intrínsecas sino que además puede ayudar a la regeneración del capital natural a la vez que reduce el coste de ciclo de vida. Sobre esta cuestión profundizaremos en nuestro próximo artículo.
FUENTES DE ESTE ARTÍCULO
[I] Página web de la Comisión Europea: https://ec.europa.eu/energy/en/topics/energy-efficiency/building
[II] Último informe sobre la Calidad del Aire de la Agencia Europea del Medio Ambiente: https://www.eea.europa.eu/publications/air-quality-in-europe-2016
[III] Informe de posicionamiento de GBCe Sobre Economía Circular: http://gbce.es/blog/proyecto/economia-circular/
[IV] Nos referimos concretamente al “Paquete de economía circular” aprobado por la Comisión Europea el 2 de Diciembre de 2015, y en consecuencia a la Estrategia Española de Economía Circular actualmente en proceso de revisión. El borrador para información publica se encuentra en: https://www.miteco.gob.es/images/es/180206economiacircular_tcm30-440922.pdf
[V] Tal y como han sido definidos en 2009 por la Ellen MacArthur Foundation: https://www.ellenmacarthurfoundation.org/circular-economy/concept
[VI] Tal y como defiende la ambientalista Lorena Salgado en su blog Hayeco.com: https://www.hayeco.com/blog/si-quieres-salvar-el-planeta-no-recicles
[VII] Estos conceptos son explicados de la forma más lúcida y sencilla que conocemos por Mariana Matija para TED Medellín en “Una historia de detectives, crímenes y basura”https://www.youtube.com/watch?v=9m3nu59kV9s
[VIII] Desde Matmap, por ejemplo, hacían difusión de esta presentación aprovechando la pasada Semana Europea de la Prevención de Residuos y desde el hashtag #StopResiduos: http://www.ewwr.eu/es/project/main-features
[IX] A este fin está destina la Ellen MacArthur Foundation. Su último informe está disponible aquí: https://www.ellenmacarthurfoundation.org/assets/downloads/publications/Executive_summary_SP.pdf
[X] Muy recomendable el trabajo de difusión del murciano Ricardo Estévez en su blog Ecointeligencia, por ejemplo aquí: https://www.ecointeligencia.com/2010/03/biosfera-y-tecnosfera-dos-metabolismos-en-el-mundo/
Editores del post: Maderayconstruccion
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