raíces

REFUGIO DUAL

Fotografía ©Mariela Apollonio

El refugio en Fontanars es un proyecto basado en en la idea arquetípica de cabaña, representada por la icónica silueta de una casa con su cubierta a dos aguas. Hunde por tanto sus raíces en el imaginario colectivo sobre este concepto, un recorrido que pasa por la cabaña de Thoreau en Walden o el refugio de Heidegger en la Selva Negra, pero también por referencias arquitectónicas básicas como el Cabanon de Le Corbusier. Salvando las distancias, con ellos comparte esa búsqueda deliberada de intimidad y la comunión con el lugar en que se enclava. Todos estos referentes comparten entre ellos el uso directo de la madera, en algunos casos incluso troncos sin desbastar, como material sacado directamente del lugar en que se enclava la cabaña, enfatizando así el vínculo heideggeriano entre construir y habitar.

Fotografía ©Mariela Apollonio

Sin embargo, en el refugio en Fontanars decidimos utilizar como material único de la pieza principal el hormigón blanco tanto para la estructura como el acabado de las superficies interior y exterior. Se obtiene así una imagen abstracta y estilizada que diluye así las vicisitudes del proceso constructivo y se distancia  del recurso nostálgico a la imagen de una cabaña tradicional. Esta decisión entronca también con la tradición constructiva mediterránea, en la que a diferencia de otras tradiciones más septentrionales, el uso de la madera se limita a la estructura de forjados y cubiertas y a elementos de escala menor como la carpintería o el mobiliario.  También las primeras vanguardias de la arquitectura moderna renunciaron en general al uso de la madera, priorizando otros materiales como el hormigón o el acero, rodeados éstos del aura de la modernidad y aparentemente más vinculados a la producción industrial.

Fotografía ©Mariela Apollonio

Sin embargo, existen ejemplos muy tempranos de edificios modernos que utilizaron la madera como material único, tal como los primeros proyectos de Frank Lloyd Wright o de los hermanos Greene. Estos proyectos de vivienda usaban la madera tanto en la estructura y las superficies como en el mobiliario  para generar un proyecto global homogéneo. También algunas de las escasas obras de la arquitectura de la fase expresionista de la Bauhaus, como la casa Sommerfeld, utilizaron la madera para crear una obra de arte total. Pero sería la segunda generación de arquitectos modernos, con Alvar Aalto y los escandinavos a la cabeza, la que demostraría la capacidad de la madera para producir una arquitectura y un diseño plenamente modernos, aunque sólo se empezó a usar la madera como material único en obras efímeras como los pabellones las Exposiciones Internacionales en París en 1937 y en Nueva York en 1939. Aalto fue pionero en la producción industrializada de mobiliario de madera, vinculando la tradición finlandesa con la industria y  defendió su uso en el interior para conseguir comodidad y confort, tanto físico como psicológico.

Fotografía ©Mariela Apollonio

El confort psicológico y la calidez fueron algunos de los argumentos para utilizar la madera en el refugio en Fontanars. De esta manera, la dualidad entre espacio servido y espacios servidores, establecida por Louis Kahn en la casa de baños de Trenton, se refuerza mediante la dualidad entre el hormigón blanco y la madera de pino. Se escogió la madera como material único para una serie de cajas transversales que cruzan la pieza principal de hormigón. La madera se utiliza tanto para la estructura tipo balloon frame como para el acabado de tablas de madera de pino en todas las superficies. A pesar de la dualidad establecida entre el espacio principal de hormigón y los espacios privados en madera de pino se buscó un acabado homogéneo para todas las superficies, tanto paredes como suelos y techo, para reforzar la sensación de protección e intimidad que se encuentra en el alma del proyecto. El hormigón y la madera ofrecen una textura semejante, pautada por el uso de tablones de madera de 20 cm de ancho en las piezas de madera que se repite en el encofrado del hormigón. Las carpinterías exteriores, que permiten cerrar completamente el refugio cuando no está en uso, están construidas con las mismas piezas. Se han cuidado especialmente los detalles para no perder este acabado armónico, recogiendo la instalación eléctrica bajo el entablado de madera y ocultando los elementos de iluminación en la parte superior de las intersecciones entre la nave principal y las cajas de madera. También el mobiliario, específicamente diseñado para el refugio, comparte esta modulación y esta materialidad, buscando así un conjunto armónico en el que todos los elementos compartan un mismo lenguaje y nada reclame una atención particular.

Fotografía ©Mariela Apollonio

Cada una de ellas tiene distinto tamaño y posición respecto al espacio central, adecuándose a la estancia que cobijan: mientras en la menor se sitúa el acceso a la vivienda, el resto albergan la cocina, un salón y los dormitorios. Las cajas de madera se introducen parcialmente en el espacio central, confiriéndole un cierto dinamismo a su originario carácter longitudinal, de manera que puede leerse como un único espacio articulado por elementos de menor escala. La articulación y segregación de zonas dentro de un espacio diáfano mediante elementos de una escala menor es una estrategia que recorre la historia de la arquitectura moderna, conjugando la búsqueda de un espacio abstracto y neutro con la necesidad funcional de segregación de zonas. Tanto en su forma más paradigmática, el núcleo central de la casa Farnsworth, como en uno de sus ejemplos más consecuentes, las piezas móviles de dormitorio de la Naked House de Shigeru Ban, el uso de la madera subraya el carácter mobiliario de estos elementos.

Fotografía ©Mariela Apollonio

El uso de la madera en estas piezas también pretende reforzar su carácter de elementos de escala intermedia entre la arquitectura y el mobiliario, un espacio domesticado como el que acoge a San Jerónimo en la obra de Antonello de Messina,cercano pues por su escala y su materialidad al cuerpo del usuario.   Esa cercanía con el mobiliario queda además remarcada por una materialidad común, las tablas de madera de pino, en todas las superficies de las estancias y en las piezas que las amueblan. De esta manera, mobiliario y arquitectura trabajan conjuntamente en la definición del espacio arquitectónico, actuando los muebles como amplificadores de las ideas que subyacen tras la propuesta, que se convierte así en una Gesamtkunstwerk moderna y doméstica.


Editores del post: Maderayconstruccion

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